WASHINGTON.- Nominado el lunes por Donald Trump a la Corte Suprema de Estados Unidos, Brett Kavanaugh, quien fuera consejero judicial del ex Presidente republicano George W. Bush, es un magistrado con valores conservadores fuertemente enraizados.
Kavanaugh ha estado sentado durante una década en la Corte de Apelaciones de Washington, un organismo conocido por la importancia de los casos en los que trabajan y, por lo tanto, considerado un trampolín para el máximo tribunal del país.
"No hay nadie en Estados Unidos más calificado para esta posición y nadie que lo merezca más", dijo el Mandatario en la presentación del juez en la Casa Blanca.
El nominado comenzó su carrera en la judicatura
como asistente del juez Anthony Kennedy, de 81 años, quien a fines de junio sorprendió a todos al anunciar que se retiraba de la Corte Suprema.
Casi 30 años de edad separan a los dos hombres y, si el Senado lo confirma, Brett Kavanaugh se convertirá a los 53 años en uno de los miembros más jóvenes de la institución que vela por la constitucionalidad de las leyes en los Estados Unidos.
No es de extrañar que este espíritu brillante haya sido percibido por la Federalist Society y la Heritage Foundation, las organizaciones que ayudaron a la Casa Blanca a seleccionar candidatos para la Corte Suprema; y el juez Kavanaugh ha dejado constancia de conservadurismo en sus decisiones.
Graduado en la prestigiosa Universidad de Yale, tranquilizó a los republicanos al declararse contrario a la ley del Obamacare, sobre la cobertura de salud universal.
Católico practicante
Kavanaugh ganó protagonismo durante la etapa del ex Presidente demócrata Bill Clinton, al investigar el suicidio de Vince Foster, amigo del Mmandatario y asociado de la Casa Blanca, en el caso Whitewater, sobre inversiones en bienes inmuebles de la pareja presidencial.
Católico practicante, y activo en diferentes asociaciones religiosas, participó más tarde en la redacción del informe del fiscal Kennet Starr, sobre el romance de Clinton con la pasante Monica Lewinsky.
A su llegada a la Casa Blanca en 2001, George W. Bush lo reclutó como uno de sus colaboradores directos. Más tarde, el Presidente republicano nominó a Kavanaugh a la Corte de Apelaciones de Washington, mientras que su esposa, Ashley, con la que tiene dos hijas, fue secretaria personal del gobernante.
El juez formó parte en 2012 de un panel que anuló una medida de la EPA, la agencia federal de protección ambiental, dirigida a reducir la contaminación del aire entre los estados. Mientras que recientemente expresó su desacuerdo con una decisión que permite abortar a una adolescente que entró ilegalmente en Estados Unidos.
La posición de Kavanaugh sobre un asunto jurídico había hecho dudar a muchos sobre su nominación. En el pasado aseguró que el ex Presidente Clinton podría haber sido destituido por mentir a sus colaboradores y engañar al público.
Esta definición tan amplia de la obstrucción de la justicia podría, según los expertos, ser perjudicial para el Presidente Trump si se le aplicara en la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales.
No obstante, según informa Vox, el magistrado también ha sugerido aumentar el poder de los presidentes para bloquear acciones judiciales en su contra, algo que preocupa a los demócratas.
Con todo, Kavanaugh no debería tener problemas en el Senado, debido a la mayoría republicana de éste. Se avecina un tribunal conservador.