SANTIAGO.- Es muy probable que hace unos 40 años, cuando conoció a un entonces joven abogado llamado
Néstor Kirchner, el chileno
Rudy Fernando Ulloa Igor jamás dimensionó que su nombre aparecería en las páginas políticas de todos los medios de comunicación argentinos e, incluso, del mundo. Ahora, con la revelación de los
"cuadernos de las coimas", volvió a las primeras planas, pese a mantener siempre un bajo perfil.
Nació en Puerto Natales en 1960, pero cuando sólo era un niño cruzó la frontera junto a su madre, hermana y padrastro, asentándose en la ciudad argentina de Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz. Se trataba de una práctica bastante común en la época, considerando la cercanía de la ciudad chilena con territorio trasandino.
Fue ahí, en la sureña provincia argentina, donde se crió y estudió en una humilde escuela mientras realizaba trabajos esporádicos para poder sobrevivir. Pero también fue en la Patagonia trasandina donde Ulloa conoció a Kirchner, quien en 1976 volvió a su natal provincia de Santa Cruz tras concluir sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional de La Plata.
El abogado abrió ahí su estudio jurídico, donde Rudy comenzó a trabajar como junior a finales de la década de los 70, encargándose de los mandados y convirtiéndose a la vez en una persona de confianza del joven Néstor. Fue esta relación la que cambió la vida de este chileno de 1,65 metros de estatura que se mantuvo siempre al lado de su jefe a medida que éste crecía a nivel profesional y se hacía un nombre en la política regional y nacional.
Al mismo tiempo, Ulloa también seguía escalando. Con el tiempo se convirtió en el chofer de Kirchner y después en su secretario personal. Medios trasandinos advierten que también fue el consejero de su jefe y quien lo apoyó en su decisión de lanzarse a la arena política en la década de los 80.
Y en las campañas no escatimaba esfuerzos.
Se le acusa de acarrear gente y liderar grupos masivos de apoyo a su empleador, primero en su campaña para ser intendente de Río Gallegos en 1987 y luego gobernador de Santa Cruz en 1991. Ganó en ambas.
Todo esto le valió al ex chofer convertirse en uno de los hombres más cercanos de Néstor Kirchner, quien veía a este chileno como un hermano.
Crecía el poder
Mientras el gobernador santacruceño se metía de lleno en la política nacional, Rudy Ulloa se perfilaba como un empresario importante de la Patagonia. Comenzó en 1999 adquiriendo la estación de radio El Carmen, para después comprar el Periódico Austral, el canal 2 de Río Gallegos y Cielo Producciones. Concentraba así la mayoría de los medios de comunicación locales. Incluso, se rumoreó que hace unos años pensó más en grande e intentó comprar el canal Telefé.
Asimismo, se dedicó a la compra y venta de inmuebles, llegando a tener 21 propiedades. Muchos dudan de la forma en que amasó su fortuna, él sólo se limita a decir que "no le perdonan el éxito".
"Quisiera saber cómo amasó semejante fortuna un tipo como Rudy Ulloa, ya que es pornográfico que este muchacho que llegó al estudio de Néstor Kirchner haciendo los mandados, llegue a tener la situación económica que tiene hoy día"
Eduardo Arnold
Uno de los críticos es el ex vicegobernador de Kirchner en Santa Cruz,
Eduardo Arnold, quien en 2015 indicó al diario Hoy de La Plata que
"Rudy Ulloa Igor es un sinvergüenza, un chorro, un mafioso, una verdadera porquería como ser humano, un ser perverso".
"Quisiera saber cómo amasó semejante fortuna un tipo como Rudy Ulloa, ya que es pornográfico que este muchacho que llegó al estudio de Néstor Kirchner haciendo los mandados, llegue a tener la situación económica que tiene hoy día", recalcó.
Las denuncias
Hoy, el nombre de este empresario chileno nacionalizado argentino vuelve a resonar tras su aparición en "los cuadernos de las coimas". En los apuntes del chofer Oscar Centeno, se detalla que Rudy Ulloa entregó dinero al ex funcionario kirchnerista Roberto Baratta, quien era uno de los nexos directos con Néstor Kirchner en esta trama de corrupción que contempla el pago de sobornos de parte de empresas constructoras y energéticas.
Ulloa, quien también habría entablado otras reuniones con Baratta, negó todos los cargos y rechazó declarar ante la Justicia y acogerse a la figura de "imputado colaborador".
Pero esta no es la única acusación en su contra. Hace tres meses, el diputado Alberto Lozano lo acusó de "llevar bolsos repletos de dólares" y lo vinculó al empresario Lázaro Báez y el ex funcionario kirchnerista José López, ambos detenidos por corrupción.
En esa ocasión, el empresario patagónico pagó un espacio en el diario La Opinión Austral donde tachó de
"injuriosos y calumniosos" los dichos del parlamentario, asegurando que
"atentan contra mi buen nombre y honor".
Esa vez, sacó la voz. Ahora, sólo se mantiene en silencio, esperando qué le depara el futuro y la investigación judicial.