Diego Pary (derecha) deberá seguir las directrices ya definidas por su antecesor, Fernando Huanacuni (izquierda).
EFE
SANTIAGO.- Desde la noche del lunes que había un movimiento inusual en la Gran Casa del Pueblo, la nueva sede de gobierno de Bolivia. En esos momentos, la convocatoria a los medios de comunicación era a asistir a las 07:00 horas del martes a una ceremonia de cambio de ministros, sin dar más detalles. La sorpresa fue total: quien se iba era el canciller Fernando Huanacuni, dejando el cargo ad portas del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la demanda presentada contra Chile.
Quien asumió en el cargo fue Diego Pary, quien durante seis años se desempeñó como embajador de Bolivia ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Su llegada, aseguró el Presidente Evo Morales, "obedece a los nuevos tiempos".
Hablamos, entonces, de un hombre con experiencia en el mundo diplomático y que, al igual que sus dos antecesores (David Choquehuanca y Fernando Huanacuni), refleja el deseo del Mandatario de que el titular de Relaciones Exteriores pertenezca a un pueblo indígena: él es quechua, mientras que los dos ex ministros son de origen aymara.
Pero más allá de las palabras de buena crianza, Pary deberá enfocarse de inmediato en sus nuevas tareas. Ya lo dijo a radio Panamericana el propio Huanacuni luego de dejar la Cancillería: "Los temas que tiene que afrontar son de mucha exigencia, tanto personal como profesional".
En este sentido, los asuntos pendientes con Chile lideran el listado de tareas del nuevo canciller, según afirmó su antecesor: "Debe lidiar con la demanda marítima en la segunda etapa post Haya y obviamente el proceso de la contrademanda que estamos llevando en el tema Silala".
El fallo de La Haya
Luego de los alegatos llevados a cabo en marzo en La Haya, se espera que antes de que termine el 2018 la CIJ entregue su fallo respecto de la demanda presentada por Bolivia contra Chile por la obligación de negociar una salida soberana al mar.
Y si bien la mayor carga del proceso la llevaron Choquehuanca y Huanacuni -por ser partícipes en el origen y desarrollo de la demanda, respectivamente-, Pary deberá enfrentar el resultado final en medio de la alta expectativa imperante en Bolivia, donde el optimismo tanto en las autoridades como en la población es total.
De este modo, será el nuevo canciller el encargado de
modelar y encabezar el escenario post fallo independiente de su resultado, asumiendo que deberá ser él quien lidere los acercamientos con los representantes chilenos, pero siempre con la sombra de Evo Morales rondando.
La presión no es menor, puesto que el Mandatario tiene todas sus fichas puestas en lo que puede suceder en La Haya, confiado en que un resultado favorable le puede abrir las puertas de la reelección, pensando en los comicios presidenciales de 2019.
La demanda por el Silala y otros temas regionales
Pero así como se acaba un proceso judicial, comienza otro. El viernes, el equipo jurídico boliviano presentó ante la CIJ su contramemoria a la demanda interpuesta por Chile en 2017 por el uso de las aguas del río Silala, mas esto no quedó ahí, puesto que también ingresó una contrademanda, alternativa que había sido descartada públicamente por Evo Morales dos meses antes.
La medida causó sorpresa y ahora deberá ser Diego Pary quien lidere esta acción judicial, la que aumentará los conflictos con Chile y se desarrollará luego de conocer el primer fallo de la CIJ. Las tensiones seguirán al rojo.
Con todo, el canciller altiplánico
deberá definir junto a las autoridades la estrategia y el discurso que utilizará Bolivia en este proceso: puede ser similar al de la primera demanda -catalogando a Chile como un "Estado agresor"- o completamente diferente.
Así las cosas, el ministro también tendrá que mirar con dedicación otros temas regionales en los cuales Bolivia ha estado involucrado, como son las crisis de Venezuela y Nicaragua. La postura de La Paz es la de cuadrarse con los gobiernos de Nicolás Maduro y Daniel Ortega, por lo que la misión de Pary será seguir en la misma línea.
Con apenas un día en el cargo, la agenda del nuevo jefe diplomático boliviano ya está llena de cosas por hacer. Sólo queda esperar para ver su desempeño.