Horas después de que ocurriera el ataque terrorista perpetrado contra dos mezquitas en la ciudad neozelandesa de
Christchurch, donde murieron 49 personas y una cincuenta resultó herida, líderes de todo el mundo han realizado
una condena transversal y también han expresado su solidaridad con las familias de las víctimas.
Ese fue el caso de la Reina Isabel II de Inglaterra, que es también jefa de Estado de Nueva Zelanda y que declaró estar "profundamente" entristecida por los ataques. "En este momento trágico, mis pensamientos y oraciones están con todos los neozelandeses", dijo en un comunicado.
"En nombre del Reino Unido, mis más sinceras condolencias a los neozelandeses", indicó por su parte la Primera Ministra
Theresa May en Twitter, mientras que la Canciller alemana,
Angela Merkel, dijo compartir "el duelo de los neozelandeses con sus ciudadanos atacados y asesinados por el odio racista".
En tanto, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó la "horrible masacre" registrada este viernes. "49 inocentes han muerto sin sentido, con muchos más heridos de gravedad. Estados Unidos respalda a Nueva Zelanda en todo lo que podamos hacer", escribió.
"Todos nuestros recuerdos para las víctimas de crímenes odiosos contra las mezquitas (...) Francia se erige contra cualquier forma de extremismo y actúa junto a sus socios contra el terrorismo en el mundo", reaccionó a su vez el Presidente francés, Emmanuel Macron. El Papa Francisco, por otro lado, dijo estar "muy entristecido" y expresó "a todos los neozelandeses, y en particular a la comunidad musulmana, su sincera solidaridad",
En un tono más duro, el Mandatario ruso, Vladimir Putin, dijo que "espero que todos los que están implicados en este crimen sean castigados", mientras que el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, expresó su "condena absoluta a los infames asesinos, oración para las víctimas inocentes, compasión por todos los que dicen que 'siempre es la culpa de Salvini'".
Por otro lado, la Primera Ministra noruega,
Erna Solberg, pidió luchar contra
"todas las formas de extremismo" tras el ataque en Nueva Zelanda que recuerda, según ella los atentados perpetrados en 2011 por el extremista noruego
Anders Behring Breivik.
"Es evidentemente extremadamente triste. Evoca lazos dolorosos con nuestra propia experiencia del 22 de julio, el momento más difícil de la posguerra en Noruega", declaró al canal Tv2.
En tanto, el Presidente de Israel, Reuven Rivlin, indicó que "asesinar gente que reza, en su lugar más sagrado, es un acto depravado y despreciable. Para la gente de todas las religiones y de los que no tienen, se cruzó una línea roja".
Repudio en el mundo musulmán
En tanto, en los países de mayoría musulmana, el rechazo también fue enérgico. Ejemplo de ello fue la reacción del Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan: "Condeno firmemente el atentado terrorista cometido contra musulmanes que estaban rezando en Nueva Zelanda y maldigo a los que lo cometieron".
"Con este atentado la hostilidad hacia el islam (...) pasó los límites del acoso individual para alcanzar el nivel de un asesinato de masas", agregó.
Por su parte, el gran imán de Al Azhar, la principal institución del islam sunita, dijo que "estos ataques terroristas contra dos lugares de oración deben incitarnos a no ser tolerantes con las corrientes y los grupos racistas que cometen este tipo de acciones abyectas", y afirmó que estos hechos son el "resultado de la proliferación del discurso islamófobo en varios países, incluso en aquellos reputados por la coexistencia de sus poblaciones".
Para el Presidente palestino Mahmoud Abbas, en tanto, el ataque fue "espantoso" y lo calificó como "un acto criminal atroz".
Finalmente, el canciller iraní,
Mohamad Javad Zarif, indicó que "debe cesar la hipocresía occidental que defiende la demonización de los musulmanes en pos de la 'libertad de expresión'".
"La impunidad en las 'democracias' occidentales a la promoción del fanatismo lleva a esto", añadió.