Un informe del gobierno de Evo Morales reveló que 1.246.653 millones de hectáreas de bosques y pastizales en Bolivia han sido consumidos durante 2019, mientras ambientalistas denuncian una pérdida mayor.
Los focos de fuego comenzaron en mayo y se dispararon en agosto por la quema intencional de campos de cultivo, una práctica antigua llamada "chaqueo", según la cual la ceniza mejora la calidad de la tierra para la siembra.
Mientras los ecologistas culpan a una ley y a un decreto del presidente Morales de incentivar la quema de bosques para ampliar la frontera agropecuaria, el gobierno asegura que el clima seco y los vientos son los responsables del fuego en la Amazonía y los pantanales en la frontera con Brasil.
En los últimos nueve años se ha mantenido invariable la deforestación de bosques y selvas, según datos de la estatal Autoridad Boliviana de Bosques y Tierras (ABT). Las quemas están directamente relacionadas con la deforestación.
De acuerdo con datos de la ABT, entre 2012 y 2017 se deforestaron en promedio 219.502 hectáreas por año. No hay datos disponibles de 2018, pero según el último balance oficial en lo que va de 2019 la deforestación se disparó hasta 1.246.653 hectáreas.
Sin embargo, la ONG Fundación Amigos de la Naturaleza estima que según la información satelital que posee la destrucción de bosques asciende a 1,8 millones de hectáreas.
Programa de reforestación
Un estudio de los ambientalistas Lykke Anderson y Juan Carlos Ledezma señala que la superficie de bosques en Bolivia en 2005 era de 47,3 millones de hectáreas, mientras que en 2017 bajó a 43,8 millones de hectáreas.
El gobierno de Evo Morales tiene planes de reforestar 4,5 millones de hectáreas hasta 2030, pues debe cumplir los compromisos asumidos con Naciones Unidas, pero la ambientalista Marielle Cautin estima que en los últimos tres años "no han alcanzado siquiera a (reforestar) 50.000 hectáreas".