SANTIAGO.- Han pasado tres meses desde el comienzo de lo que ha sido la mayor crisis política que haya enfrentado Hong Kong desde la retrocesión que el Reino Unido hizo del territorio a China en 1997.
Aunque comenzó como un movimiento de protesta ante un proyecto de ley para autorizar las extradiciones a China continental, se ha convertido con el tiempo en uno más amplio, promovido por activistas que se reconoces a sí mismos como "prodemocracia".
Para recuperar Hong Kong, China se comprometió a aplicar el principio "un país, dos sistemas", lo que le confirió un nivel de autonomía superior a otras regiones. Eso es lo que, denuncian los manifestantes, no se está cumpliendo a cabalidad.
Emol conversó con el director del Centro de Estudios de Relaciones Internacionales de la U. del Desarrollo, Yun Tso Lee, quien lleva treinta años viviendo en Chile, y análisis comienzo negando esa afirmación. "El gobierno de Beijing prometió que no iba a tener ninguna injerencia sobre la política interna de Hong Kong y que solo iba a tenerla en la exterior, y hasta el momento lo ha cumplido", asegura.
También analiza la polémica que generó la carta en la que el embajador de China en Chile, Xu Bu, criticó la reunión sostenida entre el diputado UDI Jaime Bellolio y uno de los líderes de las protestas, Joshua Wong. "Para China no es un tema sensible: es un tema de defensa de las buenas prácticas del derecho internacional y de la no intervención en los asuntos internos de otros Estados", asegura.
—¿Qué significa Hong Kong para China?
"Hong Kong es parte de China, de eso no hay ninguna duda. Que en el año 1842 fuera arrebatado por los ingleses, ese es otro cuento, pero para China siempre ha sido parte del territorio. El acuerdo que quedó con los ingleses como condición per se para que pudiera retornar a China fue el de 'un país dos sistemas', y hasta el momento se ha cumplido".
Un movimiento "contra China"
—¿Cómo se llegó a la situación actual?
"Esta revuelta comenzó hace cerca de dos meses. En ese momento Hong Kong estaba discutiendo de forma autónoma la posibilidad de aprobar una ley de extradición a China continental, porque hace tres semanas se había producido un hecho policial en el cual un magnate de Hong Kong, en un viaje a Taiwan, había asesinado a su novia y retornó al país. Como no hay tratado de extradición entre Taiwan y Hong Kong, y por ende con China, quedó impune ese asesinato. Por eso los mismos parlamentarios de Hong Kong querían aprobar esta ley, para que pudieran hacerla válida en toda China".
—¿Y dónde surge el conflicto, entonces?
"Los estudiantes salen a protestar, orquestados por grupos pro democráticos de los países occidentales, en contra de esta ley, diciendo que China los iba a controlar e iba a perseguir a defensores de Derechos Humanos, a disidentes, etc. Son temores infundados, porque hasta el momento China ha cumplido esta promesa que ha hecho de respetar que Hong Kong iba a tener sus leyes y su propia administración, en forma autónoma.
"Esta revuelta claramente no tiene nada que ver con un movimiento autónomo y lo que quiere es generar caos e inestabilidad para que se produzca una especie de independencia de Hong Kong, y eso el Gobierno chino no lo va a permitir"
Yun Tso Lee
En respuesta, el parlamento en Hong Kong, también en forma autónoma, decidió suspender en forma indefinida la discusión sobre la ley. En estricto rigor, la protesta estudiantil debería terminar, porque la demanda de los millennials era contra esa ley, sin embargo este grupo de jóvenes ahora empieza con el tema de la democracia y la independencia de Hong Kong. Se está demostrando que el objetivo, desde el inicio, no era en contra de la ley de extradición, sino en contra de China".
—También se ha hablado de que ciertas características de Hong Kong generan resistencia, como los altos niveles de desigualdad.
"Hong Kong es una parte de China que tiene una gran desigualdad social, pero como en toda China. El índice de Gini es el más alto. Se dice que en Chile la desigualdad es grande, pero en China es aún más grande todavía, y eso es una realidad de acuerdo a los indicadores internacionales. Pero yo quiero separar a la gente que hace la manifestación, del problema real de Hong Kong, porque esta manifestación tiene otras intencionalidades que no son propias de Hong Kong".
—¿Cuáles son esas intencionalidades?
"Esta manifestación, esta revuelta, claramente no tiene nada que ver con un movimiento autónomo y lo que quiere es generar caos, de alguna forma generar inestabilidad para que se produzca una especie de independencia de Hong Kong, y eso el Gobierno chino no lo va a permitir, porque ningún país del mundo va a permitir que dentro de su Estado salga otro Estado".
"No es un tema sensible"
"¿Qué pasaría si Isla de Pascua quisiera declararse independiente? ¿Usted cree que la 'solución' sería de carácter político? No", plantea Lee. "Ahí solamente cabe el orden para volver a la normalidad de lo que establece la constitución política, que es lo que está haciendo China, a pesar de que el gobierno chino no ha intervenido en lo absoluto en el control de estas manifestaciones: es el gobierno local de Hong Kong el que, de forma autónoma, está controlando a estos violentistas.
—Entonces usted atribuye la movilización a la influencia externa.
"Todo esto es una orquestación de carácter internacional, tal como ha quedado demostrado en la prensa china y no ha sido reproducido en los medios internacionales. La cónsul de EE.UU. se ha reunido con las personas detrás de la manifestación. Lo han mostrado como un movimiento pacífico, pero no ha sido nada pacífico, Se está desvirtuando y poniendo cada vez más violento".
—¿Y cuáles son las consecuencias que vislumbra?
"Están poniendo en entredicho el desarrollo económico de Hong Kong, que ha repuntado a partir del año 2000. Es muy grave lo que está pasando, porque estas manifestaciones están produciendo desorden y los afectados son los principales operadores turísticos, hoteleros, los comerciantes, las líneas aéreas, que ya sacaron declaraciones condenando esta manifestación violenta que está destruyendo la economía de Hong Kong".
"Hong Kong es una isla pequeñita que no tiene minerales ni fabrica nada, lo único que tienen es la industria de los servicios, entonces lo que están haciendo estos jóvenes es prácticamente destruir la estructura económica de Hong Kong. Ya nadie está yendo para allá, y eso significa una gran debacle de carácter económico.
Y más allá de eso: lo que busca es destruir el estado de derecho y declarar la independencia de Hong Kong. ¿A quién le conviene que sea independiente? Bueno, hay muchos países occidentales a los que les gustaría que Hong Kong fuera independiente y que pudiera significarle algún problema a China".
—Este fin de semana el embajador chino en Chile, Xu Bu, manifestó su molestia con el diputado Jaime Bellolio por haberse reunido con uno de los líderes del movimiento. ¿Este es un tema sensible para China?
"No es un tema sensible, es que de acuerdo al derecho internacional todos los temas internos los debe resolver cada Estado. Es como que EE.UU. empiece a trabajar con los mapuche de Cunco y Melipeuco para pedir la independencia de Alto Biobío. Enroncha a cualquier país del mundo cuando se meten otros estados a intervenir en un asunto interno, que términos legales está penado por la constitución política de los Estados.
Imagínese si China hubiera intervenido en España y hubiera dado una declaración de apoyo a los catalanes para que se declaren independientes. Yo creo que ningún Estado del mundo lo podría aceptar. Para China no es un tema sensible: es un tema de defensa de las buenas prácticas del derecho internacional y de la no intervención en los asuntos internos de otros Estados".