El último dirigente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, advirtió este martes que Europa sigue dividida treinta años después de la caída del muro de Berlín, al reunirse con los ex presidentes de Alemania y Polonia, Christian Wulff y Lech Walesa, respectivamente.
"La gente esperaba que la división de Europa había llegado a su fin. Esperaba que toda Europa sería nuestra casa común. Aún estamos lejos de hacer realidad esas esperanzas", dijo en un acto celebrado en la sede del Fondo Gorbachov en Moscú.
Gorbachov, quien recibió de manos de Wulff el agradecimiento por escrito del actual presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, por su papel en la reunificación alemana, lamentó que en Europa no se hubiera creado "una arquitectura de seguridad común ni un sistema de prevención y arreglo de conflictos".
"¡Y nuestro continente lo necesita y mucho! Y de esto nos hemos convencido por la amarga experiencia de los últimos años", apuntó, según el Fondo Gorbachov.
Instó a
"no bajar los brazos" y se mostró convencido de que "la actual crisis puede ser superada" y de que la actual generación de líderes mundiales será capaz de
"restablecer el diálogo y la confianza" en el continente europeo.
"Cada uno de nosotros puede contribuir a superar la confrontación... Quiero desear que todos luchemos de manera consecuente y congruente por una Europa sin muros ni líneas divisorias, por una auténticamente nueva Europa de la que se sientan orgullosos sus naciones", señaló.
Gorbachov, de 88 años, también tuvo la oportunidad de reunirse con personalidades de la sociedad y cultura alemanas como el cantante del grupo Scorpions, Klaus Meine, quien compuso la canción "Wind of changes", que se convirtió el himno no oficial de la caída del muro de Berlín.
"Seguramente, el día de la caída del muro es el más feliz en la historia de Alemania. Ese muro dividía una ciudad, un pueblo, un país, Europa. Los alemanes a ambos lados demandaban su destrucción: 'Somos un solo pueblo'", indicó.
Al mismo tiempo, destacó que "todos" presentían que dicho evento acarrearía la reunificación alemana, aunque agregó que "nadie" esperaba que dicho proceso se desarrollaría de manera tan "precipitada".
"Los alemanes expresaron su desesperación y sus demandas de manera pacífica. Demostraron que habían aprendido las lecciones de la historia. Y nuestro pueblo se mostró comprensivo con sus aspiraciones. Dos pueblos pasaron página a su pasado trágico. Estos pueblos, rusos y alemanes, son los principales protagonistas de la reunificación", afirmó.
Por su parte, Walesa destacó el papel clave de Gorbachov en el fin de la Guerra Fría, aunque alertó de que los cimientos del nuevo orden mundial aún no han sido colocados y de que la democracia está amenazada por la irrupción de populistas y demagogos y por la apatía de los electores.