El líder cívico boliviano Luis Fernando Camacho anunció este jueves que pretende entregar en persona y públicamente al presidente del país, Evo Morales, la carta para exigir su renuncia por el supuesto fraude a su favor en las recientes elecciones generales.
Camacho, que preside el comité cívico de la región oriental de Santa Cruz, dijo a los medios en La Paz que "esta carta no va a ser entregada en ninguna ventanilla cuando se trata de la voz del pueblo boliviano" aprobada en sendos cabildos o asambleas ciudadanas.
"La misma será entregada por decisión de aquellos que nos unieron y en esa unidad, de manera pública, con los medios de comunicación y a puertas abiertas, a Evo Morales para que pueda el pueblo expresar su sentimiento", sostuvo Camacho, que también anunció que junto con la misiva hará llegar al mandatario una Biblia.
Asimismo aclaró que no entregará la nota en la llamada Casa Grande del Pueblo, el edificio de 28 niveles que Morales hizo construir para que sea la nueva sede del Gobierno.
Según Camacho, ese edificio fue construido por un partido y "concentra el lujo, el odio, el resentimiento, el racismo y el desprecio al pueblo boliviano".
Por ello, el opositor pretende entregar la carta a Morales en el antiguo Palacio de Gobierno o Palacio Quemado, "que ahí es la representación real de la historia de nuestro pueblo y de donde" el mandatario "sacó a Dios".
Camacho se reunirá en las próximas horas con otros representantes de comités cívicos bolivianos y del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), que agrupa a activistas defensores de los derechos humanos, para definir cuándo se entregará la carta.
Las protestas se suceden en Bolivia desde hace más de dos semanas después de que la oposición y movimientos cívicos denunciaran fraude en el recuento de votos a favor del presidente Morales en los comicios del 20 de octubre, al que el órgano electoral dio vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
Los enfrentamientos entre detractores y afines a Morales se han cobrado hasta el momento tres fallecidos y han dejado 346 heridos y 220 detenidos, según datos de la Defensoría del Pueblo.
Morales ha responsabilizado a Camacho y al expresidente Carlos Mesa (2003-2005), su principal contendiente en las elecciones, por la violencia desatada en varias regiones, acusación que ambos líderes rechazan y, por el contrario, apuntan al gobernante de promover el enfrentamiento.