Las manifestaciones contra la reforma de las pensiones del Presidente francés, Emmanuel Macron, reunieron este jueves a 806.000 personas en todo el país, según el recuento de la policía comunicado por el Ministerio del Interior.
Unas cifras muy inferiores a las de los sindicatos, según los cuales salieron a la calle más de 1,5 millones de personas en los más de 250 desfiles organizados, una movilización "histórica" en palabras de la Confederación General del Trabajo (CGT), que lidera una protesta que va a continuar.
Con ocasión de estas marchas, pero al margen de los dispositivos de seguridad sindicales, grupos de radicales protagonizaron disturbios en ciudades como Nantes, Rennes, Lyon y, sobre todo, en París, con enfrentamientos con las fuerzas del orden centrados en la plaza de la República.
La Prefectura de Policía indicó en Twitter que hasta las 19.30 hora local (15:30 hora de Chile) los agentes habían realizado 90 detenciones y 11.490 controles preventivos.
La huelga general, que tuvo un seguimiento masivo en los ferrocarriles, en la entidad del transporte metropolitano RATP y significativo entre los controladores aéreos, dificultó enormemente la movilidad.
La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) señaló que un 55,6 % de sus empleados secundaron el paro, un porcentaje aún más elevado en puestos clave para el funcionamiento de los trenes como los maquinistas (85,7 %) o los revisores (73,3 %).
También el tráfico aéreo sufrió graves perturbaciones, que provocaron la cancelación de entre el 20 y el 30 % de los vuelos, según el Gobierno.
En la educación, cerca de la mitad de los profesores se sumó a la protesta, lo que forzó el cierre de una mayoría de colegios en Francia.
Un paro sin final a la vista
Sin embargo, el verdadero problema para Macron es que esta huelga es indefinida y los peores presagios apuntan a que podría prolongarse semanas, quizá hasta las vacaciones navideñas.
Y la huelga continúa con la voluntad firme del secretario general de la CGT, Philippe Martínez, de no detenerla mientras el Ejecutivo no renuncie a su reforma.
Este viernes por la mañana Martínez se reunirá con los otros líderes de las centrales convocantes para preparar su estrategia de presión sobre el Mandatario Macron.
El primer ministro, Édouard Philippe, no pudo más que reconocer que el impacto del paro para el transporte el viernes "será comparable" a la del jueves.
Tanto él como otros miembros de su Gobierno insisten en que se mantiene abierta la negociación y que será a mediados de la semana próxima cuando Philippe presentará en detalle sus propuestas.
Ya en 1995 una movilización de tres semanas contra una reforma similar promovida por el entonces primer ministro, Alain Juppé, acabó haciendo naufragar el proyecto.
Macron se reunió este jueves con el Consejo de Ministros y allí, según han filtrado medios franceses, pidió a su Ejecutivo que "no subestime" las movilizaciones de hoy pero que, al mismo tiempo, siga firme en la necesidad de reformar el sistema.
El rechazo al plan no se sustanció sólo en la huelga, sino también en las manifestaciones que sacaron a la calle a cientos de miles de personas en las ciudades francesas, la mayor de las cuales tuvo lugar en París.