El primer ministro de Australia movilizó a unos 3.000 reservistas del Ejército este sábado mientras la amenaza que suponen los incendios se agrava en al menos tres estados con dos nuevas muertes. Se espera que los fuertes vientos y las elevadas temperaturas acerquen las llamas a zonas más pobladas como los suburbios de Sydney.
Scott Morrison confirmó un total de 23 decesos en lo que va del verano, incluyendo las dos últimas, registradas en un incendio en una carretera en Isla Canguro, en la costa del estado de Australia Meridional.
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Estamos enfrentando otras 24 horas extremadamente difíciles", dijo el mandatario en una conferencia de prensa televisada. "En los últimos tiempos, especialmente en el curso de esta semana, hemos visto cómo el desastre alcanzaba un nivel completamente nuevo".
Morrison anunció también la cancelación de sus visitas a India y Japón previstas para fines de este mes. El primer ministro ya fue criticado por irse de vacaciones con su familia a Hawaii en diciembre, en plena crisis por los incendios.
"Hace apenas media hora, el gobernador general firmó el llamado de la Reserva de la Fuerza de Defensa de Australia para buscar y aprovechar todas las capacidades posibles desplegando brigadas del ejército en las comunidades afectadas por el fuego", manifestó.
Esta es la primera vez que Australia moviliza a sus reservistas "de esta forma en la historia reciente y, de hecho, creo que es la primera vez en la historia de nuestra nación", explicó la ministra de Defensa, Linda Reynolds.
El Gobierno comprometió 20 millones de dólares australianos (14 millones de dólares) para alquilar cuatro aviones de extinción de incendios mientras dure la crisis, y ordenó que el HMAS Adelaide, equipado con helicóptero, ayude en las evacuaciones de las zonas asoladas por las llamas.
El peligro de incendio se incrementó en una jornada con temperaturas récord en la que los termómetros sobrepasaron los 43 grados Celsius en la capital, Canberra, y los 48 C en Penrith, en los suburbios occidentales de Sydney.