El Partido Demócrata de Iowa dice que una aplicación creada para compilar e informar los resultados de los caucus, tuvo un fallo debido a "problemas de código", lo que retrasó el conteo. El partido dice que no existen señales de hackeo o algún tipo de intrusión, y que los datos son seguros. El problema fue que la aplicación sólo entregó datos incompletos, cuando los encargados de cada recinto enviaron la información a los cuarteles generales del partido.
Existían algunas preocupaciones desde antes. Los caucus están operando bajo nuevas reglas y más complejas, que requerían informar tres etapas distintas de resultados, lo que al parecer complicó el proceso de conteo.
El Partido Demócrata de Iowa no desplegó la aplicación a los 1.678 locales de los caucus hasta unas horas antes de que los encuentros comenzaran el lunes por la noche. Autoridades del partido habían advertido que no enviarían la aplicación anticipadamente, sino justo antes de los caucus, para reducir la ventana de una posible interferencia, y por tanto no fue probada previamente por los voluntarios de los recintos.
Los resultados de cada encuentro de caucus deben ser tabulados en papel. Autoridades del partido han hecho visitas puerta a puerta a través del estado, para verificar los resultados escritos en cada reunión de los caucus y así contrastarlos con lo que había sido reportado a través de la aplicación. Es un proceso lento y por tanto tomará algún tiempo.
No está claro. El Partido Demócrata de Iowa no ha dicho cuándo entregarán los resultados finales, aunque sí entregó un cómputo parcial con el 71% de los recintos en la noche del martes. Los números entregados no son suficientes como para determinar un ganador. El resultado parcial mostraba a Pete Buttigieg, ex alcalde de South Bend, con una leve ventaja sobre el senador Bernie Sanders en el conteo de Delegados Estatales Equivalentes. Más atrás se encontraban Elizabeth Warren, Joe Biden y Amy Klobuchar.
Varias campañas inicialmente reaccionaron a la escasez de información y anunciaron, quizás sin sorpresas, que de acuerdo a sus propios conteos, su cantidato estaba haciendo un gran trabajo en Iowa. Pero en todos esos casos, los datos estaban incompletos. Lo mismo ocurrió tras la entrega de los datos oficiales parciales.
A medida que la situación se extendió, la senadora Warren cuestionó al partido de Iowa. Sanders, por su parte, expresó frustración por la demora, pero aconsejó mantenerse pacientes. Y Buttigieg reaccionó emocionado al asistir a un evento en Nueva Hampshire -escenario de la próxima primaria-, donde dijo que estaba -aunque sea provisoriamente- en el primer lugar.
La atención ha ido volcándose hacia New Hampshire, que vota con un sistema de primarias más tradicional el próximo 11 de febrero. Sin embargo, otro estado que también utiliza el sistema de caucus, Nevada, advirtió que no usaría la misma aplicación que se transformó en una pesadilla para Iowa.
Cuando Nevada vote el 22 de febrero, las cosas comenzarán a acelerarse. Carolina del Norte, el último de los estados que votan "temprano", lo hará el 29 de febrero. Y de ahí llega el "Súper Martes" del 3 de marzo, donde un total de 14 estados votan simultáneamente y concentran alrededor de un tercio de todos los delegados que están en juego en todas las primarias del partido.
No hay forma de saber si algún candidato específico se beneficia del entuerto de Iowa. Todo el proceso de primarias ya se encontraba con dudas, por lo que una nueva capa de incertidumbre ha sido añadida, sin permitir que Iowa aclarara ciertas dudas como históricamente lo ha hecho. También estableció nuevas preguntas sobre la confiabilidad de los caucus, lo que incrementa la presión en Nevada, uno de los pocos estados que también mantiene ese sistema. Algunos partidarios republicamos han intentado aprovechar este traspié para intensificar la división entre los demócratas, levantando rumores de que se trataría de una conspiración para golpear la ascendente campaña de Sanders. Al final, sin embargo, sólo una cosa está clara: el gran perdedor es probablemente el propio estado de Iowa, que con esto podría poner en duda su tradicional rol de ser el primer estado en votar en el país en este proceso.