La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
AP
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció los "indiscriminados" e "inhumanos" ataques sufridos por la población civil en el noroeste de Siria, donde más de 900.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares desde principios de diciembre por la ofensiva del régimen de Bashar al-Assad, e instó a las partes a facilitar corredores humanitarios.
La oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas constató la muerte de al menos 298 civiles en las regiones de Idlib y Alepo desde el pasado 1 de enero y al menos un centenar de ellos en los primeros 16 días de febrero. La mayoría de estas víctimas, en concreto el 93%, corresponderían a acciones perpetradas por el Gobierno sirio y sus aliados.
Además, más de 900.000 personas se vieron forzadas a moverse, de las cuales un 80% fueron identificadas como mujeres o niños. La ONU cataloga el caso como la mayor crisis de desplazados desde que estalló la guerra en Siria en marzo de 2011.
"Familias enteras, algunas de las cuales han cruzado Siria de una punta a otra en la última década, se encuentran de forma trágica con que las bombas son parte de su vida diaria", informó Bachelet, en un comunicado en el que preguntó "cómo alguien puede justificar este tipo de ataques indiscriminados e inhumanos" contra la población civil.
Su oficina confirmó que "al menos diez instalaciones médicas y 19 centros educativos se han visto afectados, directa o indirectamente, por el conflicto". Los ataques también alcanzaron los "campos improvisados para los desplazados internos, lo que reduce la posibilidad de estar a salvo en cualquier punto de la región".
"Los civiles que huyen de los enfrentamientos se están acumulando en zonas sin refugios seguros y que se reducen cada hora que pasa. Y aún así siguen bajo los bombardeos. No tienen ningún sitio donde ir", lamentó la Alta Comisionada de Naciones Unidas, que teme que el balance de víctimas no haga sino aumentar si las partes enfrentadas no toman medidas.
"Los civiles corren ahora más riesgo que nunca, con pocas esperanzas o garantías de lograr un retorno seguro y voluntario a sus zonas de origen o a otras de su elección", agregó.
El vocero del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Rupert Colville explicó que los corredores humanitarios deben ante todo permitir a "los civiles que lo deseen" abandonar las zonas de conflicto.
Bachelet pidió el cese inmediato de hostilidades y reafirmó lo dicho por Colville y aseguró que los corredores humanitarios son para que los civiles puedan escapar con seguridad de las zonas en conflicto y las organizaciones puedan repartir la ayuda. En este sentido, advirtió que poner en riesgo a la población implica un incumplimiento del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos.
La Alta Comisionada se mostró "alarmada" por el "fracaso de la diplomacia", que "debería anteponer la protección de los civiles a cualquier victoria política y militar", y concluyó diciendo que "condeno en los términos más enérgicos la persistente impunidad en las violaciones del derecho internacional humanitario cometidas por los diferentes partes en conflicto".