Miembros del Comité Operativo de Emergencias Municipal (COEM) de la localidad boliviana de Yacuiba determinaron en una reunión de emergencias de este jueves, que los ciudadanos repatriados desde Chile que iban a ser llevados a este pueblo, sean devueltos a la localidad por donde ingresaron al país para que realicen ahí la cuarentena obligatoria por el coronavirus.
"Habiendo identificado una grave amenaza para nuestra región, se resuelve no permitir el ingreso a Yacuiba de ninguna de las 17 personas que ingresaron al país desde Chile", declara el documento oficial, publicado por el diario El Deber.
Asimismo, en la resolución se solicita a los municipios de Caraparí y Villamontes tomar las mismas determinaciones porque las personas "provienen de un país con nexo epidemiológico" de Covid-19.
También piden a las autoridades sanitarias de Tarija "cumplir y hacer cumplir" el protocolo nacional y la cuarentena en el punto de ingreso al país, tal y "como lo dicta la norma". El documento lo firma la secretaría municipal de salud, la Gobernación regional, la red de salud y la Alcaldía de Yacuiba.
Esta reunión de emergencia se llevó a cabo luego de que trascendiera un video en redes sociales el miércoles por la noche, en que se ve un bus saliendo de Tarija con destino Yacuiba. La máquina debía llegar a destino el jueves en la madrugada con las 17 personas repatriadas desde Chile que con ciudadanos de Yacuiba y Villamontes, ciudades que por el momento no han registrado personas con coronavirus.
Comunidades rechazan el ingreso de repatriados
Algo similar ocurrió antes en los municipios bolivianos de Llagua y Uncía, en el norte de Potosí, donde la comunidad expresó su rechazo a la medida gubernamental.
En ambos lugares, la noche del martes, lugareños impidieron que 12 bolivianos repatriados desde la frontera con Chile en Pisiga (entre ellos niños) pudieran dirigirse a su lugar de origen.
Según un reporte de Radio Reflejos de Llallagua, un transfer que salió de Pisiga con las 12 personas fue interceptado en la zona 60 de la carretera Oruro-Llallagua y se le impidió cruzar la vía. Un grupo de pobladores obstaculizó el ingreso de las personas llenando la carretera de piedras.
Esta situación se dio a pesar de que las autoridades de Gobierno aseguraron que las personas que habían sido trasladadas a sus ciudades de origen habían pasado por estrictos controles sanitarios al entrar al país.
"Las personas nos contaron que los amenazaron con quemarlos, lo mismo que a sus familiares y a sus viviendas si es que insistían en volver a sus regiones, por eso muchos pidieron no salir de Oruro y prefirieron quedarse en la cuarentena en nuestro departamento", detalló el director del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Oruro, Henrry Tapia, a El Deber.
En las protestas participaron también autoridades municipales y locales por temor a la llegada del brote epidémico a las localidades mencionadas. Tras esto, las personas afectadas tuvieron que ser devueltas a Oruro a un centro de aislamiento para que pasen los próximos 14 días ahí.
Según informes oficiales, entre el 23 y 24 de marzo ingresaron 626 bolivianos a su país desde Chile por la frontera de Pisiga, los que luego de pasar por un protocolo sanitario fueron ingresados y llevados por autoridades a sus lugares de origen.