"No se puede negar que se ha declarado una suerte de guerra de ventiladores en el mundo", aseguró este domingo el ministro de Salud, Jaime Mañalich, al explicar a la ciudadanía que el Gobierno compró una reserva de ventiladores mecánicos para la emergencia. "Hemos tomado la decisión de manejar esa información en estricto secreto para, precisamente, proteger la llegada de ese equipamiento", dijo.
Y es que el aumento de la demanda por insumos médicos en todo el mundo, y sobre todo en aquellos territorios que han sido más golpeados por la pandemia, ha generado tensión: hay países reteniendo los cargamentos que pasan por ellos en su ruta hacia el que los importó y otros prohibiendo la exportación de bienes que hoy son preciados, como las mascarillas y los ventiladores.
Es el caso de Estados Unidos, donde el Presidente Donald Trump informó que quedó prohibida la exportación de productos médicos mediante la Ley de Producción de Defensa, que data de la guerra de Corea en los años '50. Con la misma normativa, obligará a General Motors a producir respiradores artificiales.
Contra el país norteamericano pesan acusaciones: según CNN, un alto funcionario de Berlín denunció que Washington desvió 200 mil "mascarillas de respirador" mientras transitaban por Bangkok. "En la pista (del aeropuerto), los estadounidenses sacan el dinero en efectivo y pagan tres o cuatro veces el precio de los pedidos que nosotros hemos hecho", dijo por su parte Jean Rottner, presidente de la región francesa de Grand Est, a radio RTL.
"Esto no ha ocurrido solo en Estados Unidos, ha ocurrido también en Turquía, en Francia, ha ocurrido en varios países donde, por la necesidad local, se han usado poderes extraordinarios", señaló el ministro Mañalich este lunes a Cooperativa. "La peste es capaz de revelar lo mejor y lo peor de cada uno; efectivamente, lo digo sin ambages, estamos en una guerra por los recursos de salud".
Por eso es que los insumos que llegarán a Chile desde China, que incluyen ventiladores mecánicos donados por ese país, arribarán en "más de un avión" de la FACh. "Pero, evidentemente, no voy a revelar fecha, ni hora, ni cuál es el trayecto", dijo el titular de Salud.
Incautaciones y cargamentos retenidos
Lo que pasó en Ankara, Turquía, fue emblemático. Hasta allí llegó un cargamento de 150 respiradores comprados por España, pero no lograron despegar a destino en el tiempo programado debido a que el país los incautó "para el tratamiento de sus propios enfermos".
Así lo informó la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, quien reconoció que el vuelo en el que trasladaban los equipos se encontraba "bloqueado" y que Turquía había decidido quedárselos, según consignó El Mundo. Inicialmente, el Gobierno español dio "por perdido" el material comprado por el Ministerio de Sanidad y por las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Navarra, tres localidades fuertemente golpeadas por el covid-19. El pago por los insumos fue de 3 millones de euros.
Turquía, por su parte aclaró que "en un plazo prudencial, en el plazo de unas semanas, volverá a ponerse ese material a disposición de España". Finalmente y tras una queja diplomática, ambas cancillerías llegaron a un acuerdo el sábado para autorizar el envío al día siguiente. Aunque se había especulado que el origen de los insumos era chino, el país aclaró que eran de fabricación turca.
En Francia, en tanto, la tensión se dio con Suecia, luego de que el Gobierno permitiera en a principios de marzo requisar material de protección en todo su territorio. Ello implicó incautar un cargamento de 4 millones de mascarillas suecas, que habían sido importadas de China y se dirigían a España e Italia. El paso fue permitido este sábado.
Las polémicas también se han dado en la región. En el caso de Brasil, una compra de 600 respiradores que venían desde China fueron retenidos por EE.UU. en Miami. El ministro de Salud del país, Luiz Mandetta, había advertido que existe una "disputa mundial" por los productos hospitalarios.
