El lunes por la noche hubo un aumento en los disturbios en varios puntos de las afueras de París, que se encuentra con estrictas medidas de confinamiento por el coronavirus. Los hechos terminaron con la intervención de la policía parisina que detuvo a una decena de personas que estaban provocando incendios y encendiendo fuegos artificiales, lo que rompió con la calma provocada por la cuarentena.
A pesar de los brotes de violencia surgidos en las afueras de París esta última semana, con el lanzamiento de fuegos artificiales, el incendio de vehículos y de basureros, estos han sido mucho menos violentos que las manifestaciones anteriores a la crisis sanitaria. Pero las nuevas tensiones también han sido un recordatorio para las autoridades policiales de las dificultades que han tenido que enfrentar durante los últimos años en los barrios problemáticos de la ciudad, antes de que el bloqueo del virus obligara a la mayoría de las personas a quedarse en casa.
Según el informe policial,
la noche del lunes se detuvo a nueve personas en dos barrios parisinos. Los manifestantes poseían fuegos artificiales y se preparaban para cometer más actos de violencia.
Un posible desencadenante de los nuevos actos de violencia parece haber sido un accidente de tráfico ocurrido el fin de semana, que involucró a un automóvil policial y a un motociclista que resultó herido. Luego de ocurrido el accidente, la policía informó que se lanzaron proyectiles contra los oficiales que protagonizaron el choque.
El bloqueo francés, vigente desde el 17 de marzo pasado, ha sido particularmente difícil para las familias que viven en pequeños departamentos de los barrios más pobres de París. Las estrictas órdenes de quedarse en casa y la presencia de patrullas policiales para hacer cumplir las medidas también han impedido que se lleve a cabo el tráfico de drogas y otros delitos que se registran normalmente en esos lugares.
