El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció este sábado que se extenderá el estado actual de aislamiento social obligatorio en la capital Buenos Aires y su área metropolitana hasta el 7 de junio, para evitar una mayor expansión del coronavirus.
El país, que impuso una estricta cuarentena el 20 de marzo que se iba a extender hasta el 24 de mayo, aumentará los controles de circulación entre la Ciudad de Buenos Aires y la provincia debido a que son las áreas con mayor nivel de contagio.
"Estamos haciendo las cosas bien y a todos les doy las gracias, pero queda mucho por delante", sostuvo Fernández en una conferencia de prensa.
También manifestó que "la cuarentena va a durar lo que tenga que durar para que los argentinos estén sanos y no se mueran" y dijo que "lo demás son debates estériles".
El mandatario sostuvo que en las últimas dos semanas, el 87% de los nuevos casos registrados de Covid-19 fueron en el área metropolitana de Buenos Aires.
Según los últimos datos oficiales disponibles hasta el sábado, Argentina registraba 11.353 casos, de los que 445 fallecieron. Un reporte presentado por el presidente señalaba que Argentina registró al 22 de mayo una tasa de mortalidad de 9.8 por cada 100.000 habitantes, en comparación con 94.3 en Brasil y 47.2 en Perú.
El país, por otro lado, dispuso en abril una restricción a los vuelos comerciales hasta septiembre, una de las prohibiciones de viaje más duras del mundo.
El alcalde de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador provincial, Axel Kicillof acompañaron al presidente en la conferencia para apoyar la extensión del aislamiento social.
En la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires se va a dar marcha atrás con la apertura de ciertos comercios ubicados en las zonas de mayor concentración de gente.
"Si crecen los contagios, no se puede flexibilizar (la cuarentena)", sostuvo Kicillof. "La cuarentena en Argentina salvó vidas", agregó.