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Con el consenso como puntal: Cómo es el sistema político de Dinamarca reflejado en la serie "Borgen"

La aclamada producción televisiva, que muestra las maniobras gubernamentales y parlamentarias, ha despertado también interés por la política danesa, que se destaca por su serie de acuerdos transversales y gobiernos de coalición.

24 de Septiembre de 2020 | 08:00 | Por Ramón Jara A., Emol
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Mette Frederiksen, Primera Ministra de Dinamarca.

EFE
Si uno revisa las noticias políticas internacionales de los medios de comunicación de Chile y otras partes del planeta, tienen más o menos un patrón común: siguen fundamentalmente lo que ocurre en Estados Unidos, Medio Oriente, China, la Unión Europea o las naciones vecinas. Hay otros lugares, como Dinamarca por ejemplo, que hacen menos ruido, en este caso, principalmente debido a su estabilidad, ajena de los escándalos, aunque a veces los hay.

Pero es esa misma "estabilidad" la que ha llamado la atención de muchos en el mundo, fundamentalmente gracias a la serie televisiva "Borgen", que muestra el funcionamiento de la política danesa y la relación entre el Poder Ejecutivo, el Parlamento y también el rol de los medios de comunicación. Y si bien la producción data de varios años, su inclusión en la plataforma Netflix hace unas semanas sumó nuevos seguidores.

Una de las razones principales para ver esta serie es que, a diferencia de otros productos de este estilo, no cae en estridencias ni parafernalias para contar las intensas negociaciones que se siguen en el palacio de Christiansborg, conocido popularmente como "Borgen".

La producción, que cuenta las peripecias de la líder de los moderados Birgitte Nyborg (interpretada por Sidse Babett Knudsen), muestra nombres ficticios de políticos, partidos y medios de comunicación, pero que pueden ser comparados fielmente con la realidad danesa, cuyo funcionamiento político, si bien se parece en la estructura al de muchos países europeos, tiene algunos aspectos que la hacen singular.

Folketing, el centro del poder

De partida, Dinamarca ya se diferencia del resto por ser el único país del mundo en albergar en un mismo recinto a los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial): precisamente el palacio de Christiansborg, ubicado en la capital Copenhague.

El país nórdico cuenta con una monarquía parlamentaria, donde la jefatura de Estado recae en la Reina Margarita II, una figura que de todos modos es más bien protocolar, como suele ocurrir en este tipo de sistemas. En este caso, es la figura del primer ministro quien ostenta la jefatura de Gobierno. Actualmente este cargo lo tiene la socialdemócrata Mette Frederiksen, la segunda mujer en la historia en llegar a él, en un país donde el voto femenino rige desde 1915.

El Poder Legislativo recae en el Parlamento (Folketing), ente unicameral que está constituido por 179 miembros, de los cuales 175 son elegidos en Dinamarca, dos en Groenlandia y dos en las Islas Feroe - estas últimas naciones, que gozan de autonomía, también forman parte del reino danés-. Los escaños se reparten a través del sistema proporcional por lo que, según los propios daneses, la sociedad está muy bien representada, sobre todo considerando que en los últimos comicios de 2019 votó el 84% del padrón electoral

El Folketing es, sin lugar a dudas, el centro del poder en Dinamarca. Como en toda democracia parlamentaria, es el encargado de formar el Gobierno y el que finalmente visa gran parte de las medidas que éste quiere implementar, por lo que es fundamental contar con los votos suficientes. El Parlamento además cuenta con un rol de supervisión, con tal de que el Ejecutivo pleno cumpla con lo establecido por la Constitución.

Actualmente, el Congreso cuenta con 10 fuerzas políticas, sin contar a los representantes de Groenlandia e Islas Feroe: Los Socialdemócratas (48 escaños); el partido liberal Venstre (43); el derechista Partido Popular Danés (16); los social-liberales de Radikale Venstre (16); el Partido Popular Socialista (14); la izquierdista Alianza Roji-Verde (13); el Partido Popular Conservador (12); el partido verde La Alternativa (5); Alianza Liberal (4) y La Nueva Derecha (4).

El periodo legislativo dura cuatro años, pero también el Primer Ministro puede convocar a elecciones anticipadas para renovar el Parlamento, lo que a veces ocurre cuando ya no tiene las mayorías necesarias para seguir gobernando.

Cultura del consenso

El Parlamento danés es por excelencia multipartidista, lo que queda demostrado en que desde 1909 que una colectividad no llega al gobierno logrando la mayoría absoluta de escaños, debiendo siempre negociar y formar alianzas.

Claro ejemplo de aquello fue lo ocurrido en las elecciones de 2015, donde Los Socialdemócratas liderados por la entonces Primera Ministra Helle Thorning-Schmidt fueron el partido más votado, sin embargo, la jefatura de Gobierno se la adjudicó Lars Løkke Rasmussen (Venstre), que logró agrupar al Partido Popular Danés, el Partido Popular Conservador y la Alianza Liberal para tener los 90 escaños necesarios para ser elegido.

Cuatro años después, los Socialdemócratas volvieron al Gobierno de la mano de Mette Frederiksen, quien venció a Rasmussen gracias a la alianza sostenida con Radikale Venstre, el Partido Popular Socialista y la Alianza Roji-Verde, quienes le dieron su voto, aunque no forman parte del gabinete.

Se trata de una "cultura del consenso" que enorgullece al país nórdico y que lo ponen a la vanguardia, en comparación con otras realidades políticas más caóticas -"No somos Italia" es una frase que se escucha en la serie "Borgen" de parte de uno de sus protagonistas-.

Así lo aseguró al canal español La Sexta la diputada opositora Carolina Maier, de La Alternativa, octava fuerza política en el Folketing: "Hemos siempre tenido una confianza en los acuerdos que se hacen". Las negociaciones, entonces, son pan de cada día.

De este modo, el Gobierno tiene que moverse de lado a lado para lograr su objetivo, por lo que las estrategias, las conversaciones y las propuestas de todos los participantes son vitales. Y al parecer, los daneses están contentos con ello.
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