Ha pasado más de un mes de las
elecciones presidenciales de Estados Unidos, donde el candidato demócrata
Joe Biden se impuso ante el Mandatario y candidato a la reelección,
Donald Trump, quien desde entonces ha denunciado un supuesto fraude y se ha negado a admitir una derrota. En tanto, el proceso ha continuado, no sin dificultades ni encuentros en tribunales.
Ahora, de acuerdo a la agenda, este lunes se llevará a cabo uno de los momentos cruciales de este proceso:
la reunión del Colegio Electoral, donde los delegados de cada estado entregan su voto al candidato de acuerdo a lo que se votó en su región. Dado el carácter de la elección presidencial,
es este estamento el que finalmente elegirá al próximo Presidente de la nación norteamericana.
Una vez que se realice la votación de hoy, será el Senado de Estados Unidos el encargado de contabilizar los votos, lo que ocurrirá el próximo 6 de enero. Tras ello, la Cámara Alta proclamará al nuevo Mandatario norteamericano, que a la vez jurará en su cargo el 20 de enero.
Cómo funciona el Colegio Electoral
El Colegio Electoral está conformado por 538 personas. La mayoría de sus integrantes son funcionarios locales electos o líderes partidarios, pero sus nombres no aparecen en las boletas de sufragio, por lo que sus identidades son prácticamente desconocidas para los votantes.
Cada estado tiene tantos votos en el Colegio como miembros en la Cámara de Representantes (número que depende de su población) y en el Senado (dos por cada estado de la Unión, independientemente de su tamaño). California, por ejemplo, tiene 55 votos en el Colegio, Texas 38 y los estados escasamente poblados como Alaska, Delaware, Vermont y Wyoming solo tienen tres cada uno.
La Constitución otorga a cada estado la facultad de decidir cómo computa los votos. Salvo en Nebraska y Maine, el candidato que obtiene más votos se lleva, en teoría, todos los electores de ese estado en el Colegio.
Los 538 integrantes del Colegio Electoral se reúnen en las respectivas capitales de sus estados cada cuatro años tras la elección para designar al ganador. Para ganar, un candidato presidencial debe obtener la mayoría absoluta de los votos del Colegio: 270.
En este caso, Joe Biden cuenta con 306 votos electorales, los suficientes para convertirse en Presidente, pese a las acusaciones de fraude emanadas por el comando de Donald Trump.
"Electores infieles"
Nada en la Constitución obliga a los electores del Colegio a votar de una forma u otra. Si algunos estados les exige respetar el voto popular y no lo hacían, los llamados "electores infieles" estaban sujetos a una simple multa.
Pero en julio de 2020, la Corte Suprema dictaminó que los estados pueden imponer penas contra esos electores desleales con leyes que les obliguen a votar siguiendo el sufragio popular en su estado.
Así, en 33 estados, además del Distrito de Columbia, hay leyes que exigen a los electores que voten por el candidato que eligió la mayoría, e incluso algunos reemplazan a estos delegados y cancelan sus votos si no cumplen con lo prometido.
Asimismo, hay estados como Nuevo México, donde los electores "infieles" pueden ser acusados de delito grave.
Entre 1796 y 2016, unos 180 electores emitieron votos contrarios a la fórmula presidencial que ganó en su estado, aunque nunca determinaron el resultado de la elección.
El último episodio se registró en 2016, ocasión en la que Donald Trump venció a Hillary Clinton, a pesar de que esta última triunfó en el voto popular. Esa vez, fueron siete los electores (cinco demócratas y dos republicanos) los que rompieron su promesa y votaron por personas que no estaban en la papeleta, como Bernie Sanders o Colin Powell. Como ya es sabido, su intervención no incidió en el resultado final.