Cercado por las investigaciones y en exilio en Abu Dabi, el rey emérito español Juan Carlos I saldó una deuda fiscal de unos 5 millones de dólares, según informó este viernes su abogado, en una operación destinada a evitar un proceso judicial, pero que erosiona más la imagen de la monarquía.
Adelantado la noche del jueves por el diario El País, este pago de casi 4,4 millones de euros al fisco español busca liquidar impuestos atrasados por vuelos en jets privados por un valor según la prensa de 8 millones de euros (9,7 millones de dólares) que le fueron pagados al ex jefe de Estado por una fundación con sede en Liechtenstein perteneciente a uno de sus primos.
Es la segunda vez que el rey emérito, de 83 años, abona dinero para saldar sus deudas fiscales.
En diciembre, pagó 680.000 euros (unos 820.000 dólares) al fisco, una regularización ligada a una investigación anticorrupción vinculada al uso por el antiguo monarca de tarjetas de crédito pagadas por cuentas a nombre de un empresario mexicano y un coronel del Ejército del Aire español.
En caso de haber procedido así, podría haber cometido blanqueo, en hechos que además habrían ocurrido después de 2014, fecha a partir de la cual perdió su inmunidad como jefe de Estado al haber abdicado.
Poniéndose al día con el fisco, Juan Carlos de Borbón busca evitar procesos judiciales. Pero la justicia, que debe determinar el origen de los fondos usados en la regularización, no se ha pronunciado todavía.
Investigaciones
Partido en exilio en agosto pasado a Emiratos Árabes Unidos en medio de crecientes sospechas sobre el origen opaco de su fortuna, Juan Carlos está concernido por tres investigaciones judiciales.
La principal, abierta por la justicia española luego de una investigación lanzada por su homóloga suiza, busca determinar si el entonces monarca cobró una comisión por la adjudicación a un consorcio de empresas españolas en 2011 de un contrato de un tren de alta velocidad en Arabia Saudita.
La investigación tiene su origen en una información revelada por el diario suizo La Tribune de Genève sobre una transferencia de 100 millones de dólares del rey saudí Abdalá a Juan Carlos en 2008, en una cuenta bancaria en Ginebra. Posteriormente, el rey envió
65 millones de euros (77 millones de dólares) a su antigua amante,
Corinna Larsen, a un paraíso fiscal.
Otra investigación indaga un presunto blanqueo de capitales, ligado, según la prensa española, a una estructura opaca con millones de euros en paraísos fiscales.
Roces en la coalición de gobierno
Para la politóloga de la Universidad de Zaragoza Cristina Monge, esta nueva regularización fiscal "vuelve a manchar su imagen del pasado", a pocos días de que Juan Carlos fuera el gran ausente el martes en la ceremonia oficial por el 40° aniversario del fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 que allanó la vía democrática en España.
Juan Carlos jugó un papel clave para abortar la intentona, forjando su imagen de "rey de la democracia", muy alejada de los escándalos que ensombrecieron la etapa final de su reinado.
En un plano más político, la nueva noticia sobre Juan Carlos puede "complicar" la relación del Partido Socialista (PSOE) de
Pedro Sánchez con su socio minoritario en el gobierno, la izquierda radical de Podemos, de por sí ya muy tensa, según Monge.
Con "preocupación" por las revelaciones sobre el rey emérito y su impacto en la opinión pública, "el PSOE tiene una posición de partido de Estado" y es prudente en sus opiniones, continúa la politóloga.
"No deja de ser un ciudadano que tiene que rendir sus cuentas y en este caso fiscales", pero en todo caso no es "una buena noticia", estimó este viernes la vicepresidenta del gobierno, la socialista Carmen Calvo.
Podemos, un partido abiertamente republicano, no ha ahorrado críticas.
"Es una vergüenza que el rey emérito siga pagando 'voluntariamente' a Hacienda millones que debió declarar hace años", lanzó uno de sus diputados, Gerardo Pisarello, para quien la justicia está "consintiendo burdamente su impunidad".