Desde hace semanas que autoridades, la comunidad científica y la propia ciudadanía de Chile están pendientes de lo que pueda decir la
Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto de
CoronaVac, la vacuna contra el covid-19 elaborada por el laboratorio chino
Sinovac, la más aplicada en el país, por lejos. La aprobación del fármaco por parte de la entidad internacional le daría un espaldarazo inmenso y le abriría puertas a, por ejemplo,
ser respaldada por el regulador sanitario de la Unión Europea, lo que concretaría su inclusión en el tan comentado pasaporte sanitario que prepara el bloque comunitario.
Los propios fabricantes de la vacuna también esperan con ansias la aprobación, ya que les permitiría participar en Covax, la plataforma liderada por la OMS para distribuir dosis anticovid a los países más necesitados y tratar de equilibrar la balanza respecto de los más ricos.
Pero el proceso ha tardado. Según publicó The Wall Street Journal la semana pasada,
la autoridad sanitaria mundial le pidió a Sinovac mayor información sobre su vacuna para decidir su aprobación o no, por lo que el veredicto, que se esperaba hace unas dos semanas, podría conocerse durante junio.
Todos los ojos se centran, entonces, en el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE, por sus siglas en inglés), panel de especialistas que se ha encargado de la evaluación de las vacunas contra el covid-19. Hasta hoy, le ha dado el visto bueno a cinco: Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Janssen y Sinopharm. Sobre Sinovac, la OMS valoró su eficacia en adultos menores de 60 años, a la espera de dar su resolución final.
Por ahora, el SAGE sigue trabajando, mientras muchos esperan la anhelada autorización.
Conformación
El Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización fue creado en 1999 por la OMS. Su función principal es, según explica el propio organismo internacional en su sitio web, "asesorar sobre políticas y estrategias globales generales, que van desde las vacunas y la tecnología, la investigación y el desarrollo, hasta la entrega de inmunización y sus vínculos con otras intervenciones de salud".
En esa línea, explica la entidad sanitaria, "SAGE se preocupa no solo por las vacunas y la inmunización infantil, sino también por todas las enfermedades prevenibles por vacunación".
El grupo se reúne al menos dos veces al año y
está conformado por 15 miembros, con una destacada trayectoria en áreas como la epidemiología, salud pública, vacunación, pediatría, medicina interna, y enfermedades infecciosas, entre otras. Su presidente es el médico mexicano
Alejandro Cravioto, quien cuenta con una reconocida carrera en el ámbito de la pediatría y ha participado en diversas organizaciones de salud internacionales. Fue nombrado en octubre de 2015 miembro del SAGE y en enero de 2017 fue elegido timonel de la instancia.
En los encuentros también participan en calidad de observadores entidades como Unicef, la Alianza para la Vacunación GAVI y las oficinas regionales de la OMS, además de representantes de ONGs, organizaciones profesionales internacionales, organismos técnicos y asociaciones de fabricantes de vacunas y tecnologías de inmunización.
Además de las reuniones generales, los miembros del SAGE participan durante todo el año en diversos grupos de trabajo para analizar temas específicos. Actualmente son 10 los grupos operativos que estudian problemáticas como el ébola, la hepatitis A, la influenza, el sarampión y la rubeola, la implementación de una vacuna para la malaria y, por supuesto, la pandemia de covid-19
Estas instancias operan a través de conferencias telefónicas y de video e interacción por correo electrónico y también trabajan en la revisión de de documentos.
De acuerdo con la OMS, "los grupos de trabajo del SAGE se establecen como recursos destinados a aumentar la eficacia de las deliberaciones del SAGE". En ese sentido, agrega, los miembros de estas instancias "brindan información basada en evidencia y opciones para recomendaciones para que el SAGE completo las debata en un foro abierto".
Su labor en la pandemia
Con la pandemia ya azotando a todo el mundo y las farmacéuticas y gobiernos del planeta anunciando con bombos y platillos el desarrollo de diversos fármacos, en junio de 2020 el SAGE creó un grupo de trabajo sobre el uso de vacunas contra el covid-19 inicialmente sin licencia previa.
"La puntualidad de la creación de este grupo garantizará un enfoque coordinado con la comunidad de investigación y desarrollo (I + D) de vacunas, a fin de acelerar los plazos y maximizar los esfuerzos globales para tomar decisiones políticas basadas en evidencia para el mejor uso de una vacuna contra el covid-19", explicó la OMS.
El grupo está liderado por la vicepresidenta del SAGE, la doctora finlandesa
Hanna Nohynek, con el apoyo de las doctoras
Folake Olayinka y Sonali Kochhar, ambas integrantes del SAGE.
Además de ellas, la instancia está conformada por un conjunto de 14 expertos de todas partes del mundo ajenos al SAGE y nueve miembros ex officio, pertenecientes a distintas entidades sanitarias del planeta.
Entre las labores encomendadas a este grupo están el proporcionar una "revisión continua de la evidencia disponible sobre el progreso de las vacunas candidatas contra el covid-19 y proporcionar actualizaciones periódicas al SAGE".
También debe ayudar en el desarrollo de modelos de predicción para establecer "los grupos de edad óptimos y las poblaciones objetivo para la introducción de vacunas y orientar la introducción de vacunas para un impacto óptimo". Asimismo, está enfocado en el asesoramiento al SAGE sobre el uso de emergencia de las vacunas "para posiblemente reducir la pandemia en curso, así como para prevenir o reducir el riesgo de propagación de enfermedad en el futuro".
Por último, este grupo de trabajo tiene como misión orientar a las autoridades en pos de
garantizar el acceso equitativo a las vacunas, así como también proporcionar información sobre la seguridad de ellas.
Con estos objetivos claros, la instancia ahora trabaja con la vacuna de Sinovac. China y buena parte de Latinoamérica siguen con atención.