Existen dos banderas de sol naciente asociadas a Japón, cuyo nombre en japonés precisamente significa "el origen del Sol".
Una de ellas es la bandera nacional del país, llamada "nisshoki" o "hinomaru", que es la del círculo rojo sobre un fondo blanco. Muy pocas personas tienen algún problema con este emblema.
La otra bandera también tiene un círculo rojo, pero está rodeado por 16 rayos que se extienden hacia el exterior. Se le llama "kyokujitsuki" y es la que ha provocado vehementes protestas por parte de algunos vecinos de Japón.
Ambas banderas han sido utilizadas durante siglos. Pero las disputas sobre la bandera del "sol naciente" se remontan a principios del siglo XX. Fue el periodo en el que la marina imperial de Japón la usó como su bandera oficial cuando el país colonizó la península coreana y luego invadió China, entre otros países asiáticos, hasta su derrota en la Segunda Guerra Mundial en 1945.
Hasta el día de hoy se mantiene como la bandera de la marina japonesa, usada por las Fuerzas Marítimas de Auto-Defensa; y también en una versión ligeramente modificada por las Fuerzas de Defensa Terrestres, desde 1954.
Estos días, militantes de ultraderecha en Japón habitualmente usan esta bandera durante reuniones o en redes sociales.
El gobierno de Japón enfatiza que ambas banderas usan el Sol como motivo y fueron usadas en el país mucho antes del período de conflictos bélicos. Incluso hoy, la bandera de sol naciente con los rayos es usada diariamente en Japón, por los pescadores cuando logran una buena caza, en nacimientos u otras festividades, según dice el gobierno.
"El argumento de que es una declaración política o un símbolo de militarismo, es completamente irrelevante. Creo que es un gran malentendido", afirmó en 2013 el hoy Primer Ministro de Japón, Yoshihide Suga, cuando ejercía como jefe de gabinete.
Los vecinos de Japón lo ven de forma distinta. En 2019, Corea del Sur solicitó formalmente al Comité Olímpico Iternacional que prohibiera la bandera durante los Juegos Olímpicos de Tokio. Seúl dijo que la bandera les recuerda "cicatrices y dolor" de la gente asiática que experimentó la agresión militar japonesa en tiempos de guerra, similar a como la esvástica "recuerda a los europeos la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial".
Los medios estatales de Corea del Norte han acusado a Japón de transformar "la bandera de criminales de guerra" en un símbolo de paz en los Juegos Olímpicos, afirmando que esto es "un insulto intolerable para nuestra gente y otras personas asiáticas".
China también es sensible al tema, aunque la indignación ha disminuido en cierto grado, mientras la rivalidad política, económica y cultural se enfoca con Estados Unidos y otras democracias europeas en años recientes. Cuando se trata de la bandera en cuestión, claramente es un tema menos relevante que en Corea del Sur.
El sábado, cuando Corea del Sur tuvo que retirar algunos pendones que había puesto en la villa olímpica en Tokio, que el COI declaró como provocativos, Seúl dijo que había recibido una promesa por parte de este organismo de que mostrar la bandera del "sol naciente" estaría prohibida en estadios y otras instalaciones olímpicas.
Sin embargo, medios surcoreanos posteriormente reportaron que algunos activistas japoneses portaron la bandera cerca de la villa olímpica. La información de los medios aseguraba también que para el comité organizador japonés la bandera no está prohibida dentro de los estadios olímpicos.
"Sería inapropiado prohibir la bandera de intercambios navales, porque una versión es utilizada por las Fuerzas Marítimas de Auto-Defensa de Japón", afirma Leif-Eric Easly, profesor de la Universidad Ewha en Seúl. "Sin embargo, no se debería esperar que los organizadores de los JJ.OO. de Tokio y atletas japoneses usen el emblema del sol naciente, porque no es la bandera nacional".
Los lazos entre Seúl y Tokio, ambos aliados de Estados Unidos, han sufrido durante años en parte por las disputas históricas y desacuerdos sobre intercambio comercial.
La oficina del Presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, anunció el lunes el Mandatario decidió no visitar Japón durante los Juegos Olímpicos, ya que ambos países habían fallado en encontrar suficiente terreno en común para consolidar una cumbre de líderes.
Algunos expertos dicen que la disputa por la bandera no es algo tan serio como otros puntos, como la movilización japonesa de coreanos a la esclavitud sexual o el trabajo forzado durante tiempos de guerra, por tanto no debería emperorar los lazos.
La disputa por la bandera, sin embargo, podría tomar otro cariz si la ira de grupos civiles anti-Japón de Corea del Sur tiene reacción por parte del público japonés, estima Lee Myon-woo, jefe adjunto de Instituto Sejong en Seúl. Lee dice que Corea del Sur debería restringirse de hacer una "interpretación muy excesiva y política" de la bandera, porque no hay ninguna señal de que Japón esté buscando resucitar su pasado militarista.
Pero Bong Youngshik, investigador en el Instituto para Estudios de Corea del Norte en la Universidad de Yonsei, dice que la bandera no debería transformarse en un problema mayor, si Japón acatara las demandas de sus vecinos de hacer una "disculpa sincera" sobre sus abusos en tiempos de guerra.
La disputa tampoco tendrá mucho combustible que la alimente por una razón clave: la ausencia de espectadores en casi todas las sedes olímpicas significa que nadie estará flameando banderas. Esto haría que la polémica, al menos por ahora, no tenga una escalada.