Sergio Berni (izquierda) junto al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.
La Nación, GDA
Sergio Berni no es un aparecido en la política argentina. El ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires es conocido por sus salidas de libreto y
diversas polémicas que lo tienen enemistado con prácticamente todo el peronismo, del cual también es militante. Esta vez, vuelve a llenar las portadas de los medios tras
los graves incidentes ocurridos la noche del jueves durante el operativo policial en un partido de fútbol en la ciudad de La Plata que terminó con diversos heridos, un hincha muerto y generó numerosas críticas al actuar de las fuerzas de seguridad.
Fiel a su estilo, Berni llegó en helicóptero a La Plata desde la ciudad de Buenos Aires y se instaló en el estadio Juan Carlos Zerrillos, en medio de todo el caos. Sus primeras declaraciones culpando a la organización del partido sacaron ronchas: "Vendieron más entradas. Esto lo sabíamos todos", dijo al canal TyC Sports.
"Nadie se quiere hacer responsable de esto y por eso termina todo recayendo en la Policía. Yo no digo que la bonaerense no tenga una cuota de responsabilidad.
Pero más culpa tiene quienes hacen negocio con la vida de las personas con esta venta indiscriminada", agregó.
Las palabras del jefe de Seguridad bonaerense no son aisladas. Desde que asumió el cargo en 2019 se ha enfrentado con prácticamente todo el mundo político. Su permanencia sorprende y muchos se preguntan por qué el gobernador Axel Kicillof (rostro fuerte del peronismo) lo mantiene ahí.
Según el diario argentino La Nación, habría dos razones para conservar a Berni como ministro: que "actúa como pararrayos" frente al tema de la inseguridad y por lo tanto evita el desgaste del gobernador; y que "reporta directamente" a la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, con quien es muy cercano.
No obstante, en el oficialismo hace rato que no lo quieren. Esto ha quedado demostrado en los mensajes subidos hoy por referentes peronistas como la diputada Victoria Tolosa Paz, quien aseguró que "las fuerzas de seguridad están para garantizar el orden y la seguridad de la gente, no para lastimar y matar a nuestro pueblo". En tanto, el grupo La Cámpora -vinculado a Máximo Kirchner- afirmó que "repudiamos la violencia y la represión ejercida anoche por la Policía Bonaerense en la ciudad de La Plata".
Por otro lado, La Nación remarcó que
en la Casa Rosada no olvidan cómo Berni le hizo la vida imposible a la ex ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic, con quien tuvo un montón de desencuentros públicos.
Recordado es el episodio de julio de 2020, en pleno encierro por la pandemia de covid-19. A raíz del endurecimiento de los controles policiales, se formó una enorme congestión vehicular en Buenos Aires, lo que llevó a Berni a subirse a su moto, dirigirse al sector del Puente La Noria y a discutir con los funcionarios de seguridad, mientras todo esto era transmitido por las cámaras de televisión. El problema: él no tiene poder alguno sobre la Policía Federal, que depende directamente del Gobierno central.
Hombre de confianza de Cristina
Sergio Berni (58 años) es médico de profesión, pero está marcado por la formación militar. Hizo su residencia médica en el Ejército argentino, donde luego siguió una carrera. También ha estado vinculado a la política y el peronismo durante años. Primero fue senador y luego llegó a ser secretario de Seguridad de la Nación entre 2012 y 2015, durante el segundo periodo de la entonces presidenta Cristina Fernández.
Y es precisamente la ex Mandataria una de sus referentes. Según señalan medios locales, fue ella quien puso a Berni como ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, cargo que aceptó sólo porque se lo pidió la ahora vicepresidenta argentina. "Si Cristina le dice que se vaya a vivir a la Antártida, él ya se está poniendo el traje", aseguró un antiguo colaborador del jefe provincial al diario La Nación en 2020.
Como jefe de seguridad ha desarrollado
un estilo ultra mediático que lo diferencia de sus antecesores: se le ha podido ver fusil en mano persiguiendo delincuentes, encabezando operativos en su moto y visitando barrios afectados por el covid-19 vistiendo trajes especiales para evitar contagios.
Siempre, acompañado de las cámaras de televisión.
Según sus cercanos, tiene mucha confianza en sus capacidades y es muy crítico del resto, lo que ha quedado claro en el último tiempo, con sus diferencias con buena parte de la Casa Rosada.
Ahora, detrás de este estilo habría algún interés político del ministro provincial pensando en las elecciones de 2023. Él lo niega: "Yo estoy donde están los problemas, no estoy encerrado en el ministerio. Hace 30 años que trabajo en el Estado y ando en la calle, entonces podrían decir que llevo 30 años en campaña".
"Uno tiene que entender lo que está pasando y para eso hay que estar en el lugar. Eso me lo enseñó (la gobernadora de Santa Cruz) Alicia Kirchner hace años, cuando me hizo ver que la única manera de sensibilizarse es compartir los zapatos del otro; si no, nunca lo va a entender", cerró.