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La revancha de Ulf Kristersson, el nuevo Primer Ministro sueco que devuelve el poder a los conservadores

El líder del Partido Moderado se convirtió en el próximo gobernante luego de una campaña en la que se esperaba un resultado dramático para su formación, que pese a quedar en el tercer lugar lo catapultó para quedarse al mando del Ejecutivo.

17 de Octubre de 2022 | 17:18 | AFP / Editado por Ramón Jara A., Emol
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AFP
El líder conservador sueco Ulf Hjalmar Kristersson fue elegido este lunes por el Parlamento nuevo primer ministro del país nórdico, la culminación de una trayectoria llena de derrotas políticas y después de salvar una situación límite.

Durante la pasada campaña electoral, los sondeos apuntaban a un resultado dramático para el Partido Moderado (conservador), amenazado por la ultraderecha e incapaz de aprovechar el desgaste del Gobierno socialdemócrata después de dos legislaturas y en una situación política frágil.

Incluso al comienzo de la noche electoral parecía que habría un triunfo del bloque de centroizquierda, lo que hubiera significado el fin del liderazgo de Kristersson en su partido. Pero el recuento cambió de signo y la derecha culminó la remontada, aunque solo por tres escaños de diferencia.

Kristersson salvó la cara con un resultado algo inferior al de hace cuatro años y, a pesar de acabar como tercera fuerza política por detrás de los socialdemócratas y la ultraderecha, se aseguró el puesto de primer ministro gracias a un pacto con las otras fuerzas del bloque opositor, que posibilitó su ascenso al poder.

El líder conservador, que ya había perdido los anteriores comicios de 2018 en su debut al frente del partido, tuvo la campaña soñada, centrada en torno a la delincuencia, la inmigración y los altos precios de la energía.

Pero todos los sondeos previos reflejaban que los suecos confiaban más para gobernar en su rival, la primera ministra socialdemócrata Magdalena Andersson.

El mayor carisma de Andersson, el hecho de que los temas de campaña también beneficiaban a la ultraderecha y la decisión de Kristersson de romper hace tiempo el "cordón sanitario" a ésta parecían perjudicar a un político incapaz de aprovechar la inestabilidad política que vive Suecia desde hace años.

A Kristersson, de 58 años, ya le costó mucho llegar a la cúpula conservadora, después de una trayectoria llena de reveses y una larga carrera en la política parlamentaria y local.

Natural de Lund (sur de Suecia) pero crecido en Eskilstuna (centro), Kristersson ascendió a los 25 años a la presidencia de las Juventudes conservadoras, cargo que ocupó hasta 1992, cuando perdió la reelección en una apretada disputa con Fredrik Reinfeldt, futuro primer ministro (2006-2014).

Mientras que Reinfeldt representaba el ala más conservadora, él era un ferviente defensor del neoliberalismo que llegó a difundir el nombre y teléfono de sus compañeros de partido concejales que aprobaban subidas de impuestos en sus respectivos ayuntamientos.

Diputado desde 1991, era un valor al alza, pero no fue tenido en cuenta por el gobierno conservador de Carl Bildt (1991-1994); y cuando éste abandonó el liderazgo del partido en 1999, tampoco su sustituto, Bo Lundgren, le ofreció un puesto relevante.

Kristersson, que había estudiado Ciencias Económicas, decidió abandonar temporalmente la política por la empresa privada, pero dos años después volvió para centrarse en la política local y regional, desde donde fue asumiendo más responsabilidades.

Su antiguo rival de juventud, Fredrik Reinfeldt, lo rescató en 2010 para nombrarlo ministro de Seguridad Social, donde impulsó una reforma de los seguros de enfermedad.

Kristersson volvió al Parlamento y fue elegido portavoz de su partido en asuntos económico-políticos y vicepresidente de la comisión de Finanzas.

Desde ahí saltó al liderazgo del partido cuando su predecesora, Anna Kinberg Batra, cayó presionada por las encuestas y la contestación interna tras abrirse a pactos puntuales con la ultraderecha, lo que precipitó su dimisión.

Admirador declarado tanto de "Tintín" como de Gabriel García Márquez, Kristersson -en lo privado, casado y con tres hijas adoptadas en China- alcanzaba por fin el liderazgo conservador.

Pese a las encuestas que lo daban como derrotado y a un resultado electoral no demasiado convincente, Kristersson ha sabido jugar sus bazas y convertirse contra pronóstico en nuevo primer ministro.