Como es sabido, el Presidente de México,
Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no es un hombre asiduo a los viajes fuera de su país y suele mandar a otros personeros a que lo representen en actividades en el exterior. Ya lo hizo en marzo, cuando su esposa,
Beatriz Gutiérrez Müller, encabezó la comitiva mexicana en la asunción al mando de
Gabriel Boric en Chile. Siete meses después, está de vuelta en el país.
Este lunes, Gutiérrez Müller (53 años) participará junto al Presidente Boric y su pareja, Irina Karamanos, en el Fandango por la Lectura en el Centro Gabriela Mistral (GAM), donde se conmemorarán los 100 años de la llegada de la poetisa chilena a México. Hace dos semanas, el propio AMLO compartía una imagen junto su esposa en la que revisaban documentos sobre la Premio Nobel, que se mostrarán en esta ocasión.
La presencia en nuestro país de la esposa del Mandatario -conocida por su rol como profesora universitaria y escritora- no es antojadiza:
desde que López Obrador asumió el Gobierno mexicano, ella ha tenido un rol clave en materia cultural, sobre todo en lo referente a la reivindicación de los pueblos indígenas.
Es que su vida ha estado dedicada a la investigación. Se graduó en comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla (de hecho, trabajó durante una década como periodista en el diario El Universal) y tiene una maestría en Letras Iberoamericanas en la misma universidad. Además, es doctora en Teoría Literaria de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa. Durante su carrera ha publicado una serie de novelas y monografías académicas orientadas a diversos episodios históricos de México.
Con ese currículum, Gutiérrez se ha convertido en un referente del Gobierno de México en cuanto a la perspectiva histórica que quiere tomar. De acuerdo con medios locales, fue ella quien estuvo detrás del llamado en 2019 de López Obrador a España y la Iglesia Católica a que se disculpen por los "agravios" cometidos durante la conquista del país latinoamericano. "La llamada conquista se hizo con la espada y con la cruz (católica), se edificaron las iglesias arriba de los templos (prehispánicos)", afirmó en su momento el Mandatario.
Ella misma también
ha liderado una campaña contra la "apropiación cultural" por parte de grandes compañías internacionales. El viernes, la académica acusó al diseñador estadounidense
Ralph Lauren de plagiar diseños indígenas para elaborar una de sus prendas.
"Oye Ralph: ya nos dimos cuenta de que te gustan mucho los diseños mexicanos (...) Sin embargo, al tú copiar estos diseños incurres en el plagio y, como sabes, el plagio es ilegal e inmoral", escribió la historiadora en su cuenta de Instagram, y agregó: "Por lo menos reconócelo. Y ojalá resarzas el daño a las comunidades originarias que hacen ese trabajo con amor y no con fines lucrativos millonarios".
Su reacción es parte de una campaña que el Gobierno mexicano ha emprendido desde que asumió AMLO. En 2019, la Secretaría de Cultura denunció a la firma Carolina Herrera por el uso de elementos culturales de pueblos originarios en varias de sus prendas de la colección Resort 2020.
Ese mismo año, el Gobierno mexicano cuestionó el uso de diseños de la comunidad de Tenango de Doria en un producto de la marca
Louis Vuitton. Un año después, el Ejecutivo se quejó por apropiación cultural indebida contra la modista francesa
Isabel Marant, quien luego ofreció disculpas.
Otras casas de moda como la china Shein, la española Inditex y las estadounidenses Anthropologie y Patowl también han sido cuestionadas por utilizar diseños mexicanos en sus prendas.
Si bien nació en Ciudad de México, Gutiérrez tiene raíces chilenas. Ella misma lo aclaró durante una campaña electoral en una carta enviada al medio mexicano "Verificado", ante los rumores de que era nieta del jefe de la Gestapo nazi, Heinrich Müller, algo que ella misma rechazó.
La académica demostró que su abuela materna, Bertha Bentjerodt, era valdiviana y pertenecía a una familia de inmigrantes alemanes radicados en el sur de Chile. En tanto su abuelo, Adolfo Müller, nació en Ciudad Juárez, estado de Chihuahua, luego de que su familia también alemana emigrara a México entre 1892 y 1894.
Adolfo Müller, que era violinista, acuarelista y fotógrafo,
se radicó en la década de 1930 en Chile, donde su gran aporte fue la introducción de la técnica de la serigrafía, algo desconocido en el país. El 9 de febrero de 1939, se casó en Valdivia con Bertha Bentjerodt.
De esa relación nació en Santiago Nora Beatriz Müller, quien en los años 60 se fue a vivir a México, donde se casó y tuvo tres hijos, entre ellos Beatriz Gutiérrez Müller.
Doña Nora murió en Puebla, México, el 4 de diciembre de 2018, tres días después de que su yerno asumiera como Presidente. En su momento, las autoridades le dedicaron un minuto de silencio.
"Compañera", más que primera dama
Además de su trayectoria como periodista e investigadora, Beatriz Gutiérrez encabezó entre 2001 y 2002 la Dirección de Difusión del Gobierno de Ciudad de México. Fue ahí donde conoció a Andrés Manuel López Obrador, entonces jefe de Gobierno. Ambos se casaron en 2006.
Si bien la carrera política de su marido comenzó mucho antes de conocerse, ella lo ha acompañado en sus campañas. Una vez que AMLO asumió la presidencia, se negó a recibir el título de primera dama.
"Para la verdadera transformación de la vida pública de México, tenemos que comenzar a pensar y actuar diferente.
Pongamos fin a la idea de la primera dama. En México no queremos que haya mujeres ni de primera ni de segunda", dijo ante una multitud el 27 de mayo de 2018, en el marco de un acto de López Obrador. "Con todo respeto a las mujeres que han estado antes en ese papel,
decir primera dama es algo clasista", añadió.
"Quiero ser la esposa de un presidente que haga grandes cosas por México y apoyarlo, pero sería imperdonable que me convirtiera en algo que no he sido y en algo que critico. Quiero ser su compañera como hasta hoy y también quiero ser Beatriz. Haciendo lo que me realiza, ser madre, procurar a mi familia y seguir con mi profesión que me gusta mucho", agregó.
Tras renunciar al título de primera dama, la académica asumió como presidenta del consejo Honorario Asesor de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México, donde ha definido los lineamientos culturales del Gobierno: "Un país amnésico está enfermo, por el contrario, un país que recuerda de dónde viene goza de cabal salud, porque tiene presente su pasado, reflexiona y medita. Decide su curso", aseguró.
