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Un país marcado por la lucha de poder entre Evo Morales y Luis Arce: Claves para entender la compleja situación en Bolivia

La irrupción de militares en la Plaza Murillo fue el punto cumbre del tenso escenario político y social que vive el país vecino desde hace meses.

26 de Junio de 2024 | 22:26 | Redactado por Ramón Jara A., Emol/Agencias
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La presencia de tanquetas en Plaza Murillo encendió las alarmas en Bolivia.

AFP
El escenario político y social en Bolivia está cada vez más complejo. La movilización militar de este miércoles en la Plaza Murillo, que el Presidente Luis Arce calificó como un "intento de golpe de Estado", es la guinda de la torta de un conflicto que data de varios meses y está marcado por la lucha de poderes entre el gobernante y quien fuera su mentor político, el ex mandatario Evo Morales.

La acción fue liderada por el comandante en jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, quien había sido destituido por el Ejecutivo un día antes, según indicó la prensa local, tras asegurar en una entrevista televisiva que Evo Morales "no puede ser más presidente de este país" y que incluso las fuerzas militares actuarían en caso de que el ex Mandatario vuelva al poder.

Y si bien el Gobierno procedió a despedir al jefe del Ejército por inmiscuirse en temas políticos, estos dichos del militar son el reflejo de un escenario político convulsionado, marcado por una lucha de poderes entre dos ex aliados.

Luis Arce asumió la Presidencia de Bolivia el 8 de noviembre de 2020. El dirigente reemplazó a Jeanine Áñez, quien gobernó el país durante casi un año después de que Evo Morales dejara el poder en 2019, en medio de acusaciones en su contra de fraude electoral.

Arce, ex ministro que había sido sindicado como el responsable del impulso económico durante el gobierno de Morales, se impuso en los comicios de 2020 impulsado precisamente por el ex mandatario, quien lo ungió como su candidato. Ahí todo era amor entre ambas figuras, pero con el tiempo todo cambió.

Un oficialismo quebrado


Ya con Evo Morales de vuelta en Bolivia, la opinión pública comenzó a especular sobre cuánto influiría en el nuevo gobierno. El Presidente Arce intentó desmarcarse de su mentor político desde el primer momento, asegurando que toda decisión sería tomada por él junto a su vicepresidente, David Choquehuanca, otrora canciller del evismo.

Pero pasó menos de un año y la relación entre el Mandatario y su antecesor se quebró. Las diferencias crecían cada vez más y permearon en el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido oficialista, que se dividió entre "arcistas" y "evistas".

Este conflicto se profundizó por un congreso nacional del partido en el que, en ausencia del Presidente y de sus sectores leales, Evo Morales fue ratificado como líder del MAS y elegido "candidato único" para las elecciones presidenciales de 2025. Esto, pese a que está inhabilitado para ello.

Arce y el vicepresidente Choquehuanca no estuvieron en ese encuentro al considerar que las organizaciones sociales, base del partido, no estaban representadas como se debía.

Las tensiones aumentaron después de que el Tribunal Supremo Electoral decidiera anular el congreso de 2023 e instruir que se convocara a uno nuevo consensuado.

En mayo pasado, los sectores cercanos al Presidente Arce llevaron a cabo un congreso en El Alto, pero la autoridad electoral rechazó ese encuentro porque no cumplió con la reglamentación del partido, pese a que en esa asamblea se proclamó a Grover García como nuevo líder del MAS.

Por su parte, el bloque de Morales llamó a otro congreso para el pasado 10 de junio, sin embargo, la cita se desarrolló solamente como una gran reunión de militantes ya que la autoridad electoral descartó su presencia para supervisar el evento.

Una crisis económica con acusaciones cruzadas


Bolivia además vive una crisis económica marcada por la escasez de combustibles, el "contrabando hormiga" de alimentos a países vecinos y el encarecimiento de algunos productos de primera necesidad ligados a la falta de dólares.

Esto, según expertos, son indicativos del "agotamiento" del modelo económico implementado por el propio Luis Arce -entonces ministro de Economía- desde 2006 y que estuvo sustentado, principalmente, por los ingresos del gas natural, cuya producción ha caído significativamente.

Y el pueblo boliviano ha sentido el golpe al ver el incremento de algunos alimentos como el tomate, cebolla y arroz. Todo este escenario propició una serie de protestas ciudadanas en contra del Gobierno, mientras que sectores como los transportistas anunciaron un paro nacional.

El Gobierno ha cuestionado este escenario, asegurando que esta crisis se debe a la "especulación" e "intereses políticos personales", culpando precisamente al sector de Evo Morales de querer "generar un escenario de crisis estructural" para "acortar el mandato" de Luis Arce.

"Evo Morales está dispuesto a bloquear nuestra economía y a convulsionar nuestro país, para imponer su candidatura a las buenas o a las malas", indicó la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.

Tras estas acusaciones, el ex Mandatario escribió en la red social X que "las protestas sociales se generan porque el Gobierno no atiende las demandas de los sectores, transporte, gremiales o médicos, entre otros, incumpliendo sus compromisos".

"Nos echan la culpa de esta situación como si nosotros hubiéramos designado ministros y autoridades de Gobierno", remarcó, y afirmó que Bolivia está "peor que en tiempos neoliberales", en referencia a los años anteriores a su administración, puesto que "nunca" faltó el combustible ni dólares, entre otros aspectos.

Pero justo horas antes del intento de golpe de Estado, el Gobierno de Arce tuvo un leve respiro tras firmar un acuerdo con los transportistas de carga pesada que evita la huelga nacional convocada para este jueves. La situación, de todos modos, sigue tensa.
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