Lo de
Francia es digno de cualquier guion de la mejor de las series. Cuando todos daban por ganadora a la
Agrupación Nacional (RN) en las elecciones legislativas tras su arrollador triunfo en los comicios europeos de hace un mes atrás y un prometedor arranque en la primera vuelta de hace una semana, los votantes dijeron otra cosa. Pero no fue el macronismo el que derrotó a la ultraderecha de
Marine Le Pen, sino el
Nuevo Frente Popular (NFP), bloque que tiene entre sus miembros principales a la extrema izquierda, representada por
La Francia Insumisa (LFI).
Luego de que el Presidente Emmanuel Macron anunciara elecciones legislativas anticipadas tras lo ocurrido en los comicios para el Parlamento Europeo, los partidos opositores de izquierda comenzaron las negociaciones para formar un bloque único y así hacer frente común. Nació así el Nuevo Frente Popular, que agrupa desde la socialdemocracia del Partido Socialista hasta la izquierda radical de LFI.
Las conversaciones, si bien fueron rápidas, no estuvieron exentas de problemas, más aún considerando que la anterior coalición formada en las legislativas de 2022, llamada
Nupes, se rompió por los desacuerdos entre los socialdemócratas y el ala más radical. De todos modos, el bloque -que también integran ecologistas, comunistas y partidos pequeños como Plaza Pública- logró elaborar un plan común para gobernar pese a las profundas diferencias entre ellos.
"Lo único que me importa es que RN no gane los comicios legislativos y no gobierne este país", decía hace unas semanas el líder socialista, Raphaël Glucksmann.
Una vez conocidos los resultados el 30 de junio, donde Agrupación Nacional ostentaba un provisorio primer lugar y las opciones de que lograra la mayoría absoluta tras el balotaje una semana después eran probables, el NFP tomó más fuerza y comenzaron los llamados a realizar un pacto de omisión con el macronismo y retirar candidaturas para impedir el avance de la ultraderecha.
No era una tarea fácil. Desde el oficialismo y los sectores más moderados existía una resistencia hacia la figura de Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, por sus posturas más extremistas. Pero finalmente accedieron y se logró el objetivo: que Le Pen y compañía no dominaran el Parlamento.
Finalmente, el NFP quedó en el primer lugar de las elecciones, con 182 escaños, seguido por el bloque oficialista Ensamble con 168 y RN, con 143 diputados.
Ahora, pese a ser mayoría simple, el bloque de izquierdas está presionando para que el nuevo primer ministro sea alguien de sus filas, complicando a Macron que desde un principio se ha mostrado opositor a Mélenchon, quien asoma como la primera opción, aunque Glucksmann señaló desde el principio que buscarían a otro funcionario de mayor consenso.
Postulados
De cara a las elecciones, el NFP elaboró un programa único en tiempo récord (solo cuatro días) con una serie de propuestas en áreas como medio ambiente, vivienda y conflictos bélicos, además de un compromiso para los primeros 100 días de gobierno.
En el programa, según recogió Le Grand Continent, el bloque de izquierdas propone "declarar el estado de emergencia social" en Francia, que considera medidas como el congelamiento por decreto de los precios de los productos de primera necesidad en alimentación, energía y carburantes.
Del mismo modo, el NFP se compromete a
"derogar inmediatamente" la reforma impulsada por el Gobierno de Macron que eleva la edad de jubilación a los 64 años, medida que ha sido ampliamente resistida por la ciudadanía y que ha contado con el rechazo tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda.
La coalición también propone "aumentar los salarios elevando el salario mínimo a 1.600 euros netos e incrementando el punto de indexación de los funcionarios en un 10%".
En materia medioambiental, el bloque de izquierdas quiere declarar "una moratoria sobre los grandes proyectos de infraestructuras de autopistas" y "aplicar normas precisas para compartir el agua entre todas las actividades".
Asimismo, se comprometen a "poner en marcha un plan climático cuyo objetivo sea la neutralidad de carbono para 2050".
En temas migratorios (una de las preocupaciones más grandes en Francia), el NFP quiere
"derogar las leyes de asilo e inmigración de Macron" y crear una "agencia de salvamento marítimo y terrestre", en apoyo con la Unión Europea.
En esa línea, el NFP propone también "revisar el Pacto Europeo de Asilo e Inmigración para garantizar una acogida digna a los inmigrantes".
Transformaciones
Uno de los puntos centrales del programa del NFP tiene que ver con "las transformaciones" en el sistema público francés, incluyendo aspectos como la salud, la vivienda y las jubilaciones.
Pero un punto que llama la atención es el objetivo de "avanzar hacia una 6ª República convocando una asamblea constituyente de ciudadanos elegidos".
Este nuevo camino contempla "suprimir la monarquía presidencial en la práctica institucional" y revitalizar el Parlamento.
Por otro lado, los partidos de izquierda proponen lanzar "un plan de reconstrucción industrial para acabar con la dependencia de Francia y de Europa en ámbitos estratégicos (semiconductores, medicamentos, tecnologías de punta, vehículos eléctricos, paneles solares, etc.)".
De la mano con esto, buscarán "regular la banca y las finanzas para evitar nuevas crisis y financiar la economía real".
