Este domingo la esperanza se esfumó para los opositores al régimen de Nicolás Maduro, quienes con Edmundo González en la papeleta, pero Maria Corina Machado en la mente, buscaban una jornada histórica para Venezuela en su lucha por retornar a la democracia.
Sin embargo, la serie de irregularidades que se produjeron durante la jornada, desencadenaron que ni la oposición venezolana, ni muchas autoridades mundiales reconocieran la nueva proclamación del líder chavista como ganador, en específico, "ningún resultado que no sea verificable".
Para que se logre lo anterior es necesario el análisis de las actas, las que se encuentran bajo custodia del ministro del Poder Popular para la Defensa de Venezuela y uno de los funcionarios más confiables de Maduro, Vladimir Padrino López, quien tiene a su mando una de las fuerzas militares más grande de América Latina, al ser el general en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), cuyo rango lo instala como uno de los hombres más poderosos de Venezuela. En estricto rigor, sólo Maduro está por sobre él.
Nacido en Caracas en mayo de 1963, cursó sus estudios en la "Escuela Pedro Manuel Ruiz" y egresó de la academia militar el año 1984, licenciándose en Ciencias y Artes Militares. De ahí en adelante comenzó una creciente carrera militar.
Tildado como "más chavista que el propio Chávez", sus declaraciones lo respaldan, y es que para Padrino López "Chávez no es un partido político, Chávez no es una entelequia. Chávez es una doctrina militar, política, económica. ¡Eso es Chávez", declaró en un discurso frente a la Asamblea Nacional, reafirmando sus convicciones que lo mantienen hasta el día de hoy muy activo en los Gobiernos chavistas.
Desde 1992 que asomaba como uno de pocos funcionarios en los que Chávez confiaba para cuidarle la espalda, y no se equivocó. En 2002, tras un golpe de Estado que sacó al ex Mandatario del poder por 48 horas, Padrino -quien dirigía un comando en Caracas- se rehusó a levantarse en contra de Chávez, ejerciendo un papel clave en su retorno al poder.
Dicha fidelidad fue reconocida por el líder bolivariano, quien lo condecoró y le entregó diversos ascensos militares, que lo llevaron hasta la jefatura del Estado Mayor del Ejército.
En concreto, justo ocho meses antes de la muerte de Chávez, Padrino fue nombrado segundo comandante del Ejército venezolano y jefe del Estado Mayor, para luego mantenerse en la primera línea de confianza de Nicolás Maduro, quien en 2014 lo nombró como jefe de la cartera de Defensa.
Este respaldo quedó claro en 2016, cuando Maduro lo designó como el hombre a cargo de la "Gran Misión de Abastecimiento Soberano y Seguro", para solventar los problemas de escasez que se presentaban- y sigue presentando- Venezuela.
Así, todos los ministros de todas las carteras quedaron bajo su subordinación ya que sus rangos lo instalaban casi al nivel de un jefe de Gobierno, asumiendo gran parte de las tareas del gabinete: control sobre los militares, los servicios sobre alimentos, medicamentos, producción, distribución y comercialización de materias.
De esta manera, Padrino se convierte en el principal sostén del Gobierno y la piedra de tope para la oposición, siendo el "dique de contención" para evitar la deserción de los uniformados.
