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¿Y ahora qué?: Los posibles caminos que podría seguir Venezuela tras ratificación de Maduro por el Tribunal Supremo

Son varios los escenarios posibles, desde la continuidad del líder chavista bajo las mismas condiciones actuales a la concreción de una transición negociada.

23 de Agosto de 2024 | 16:18 | Redactado por Ramón Jara A., Emol
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Nicolás Maduro quiere mantenerse en el poder.

AFP
La noticia era muy esperable, pero de todos modos sorprendió. El jueves, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) ratificó la victoria de Nicolás Maduro en los comicios presidenciales celebrados el pasado 28 de julio en Venezuela, pese a que las autoridades electorales aún no han publicado las actas de escrutinio y tanto la oposición como buena parte de la comunidad internacional han acusado fraude.

La sentencia, con la que concluye de manera "inequívoca e irrestricta" la revisión de las elecciones, ocurrió 22 días después de que el propio Maduro solicitara este proceso, a través de un recurso de amparo que nunca se conoció y por el que fueron convocados al TSJ los 10 ex candidatos presidenciales.

La decisión del máximo tribunal (controlado completamente por el chavismo) de validar la reelección Maduro generó una ola de críticas, al punto de que mandatarios como Gabriel Boric y otros han recalcado que lo de Venezuela es una dictadura que ha consumado un fraude electoral.

Ahora, ¿qué ocurrirá en Venezuela tras este fallo? La duda es válida y no tiene una respuesta cerrada. Lo que sí es cierto, es que hay varios escenarios posibles, partiendo desde la continuidad de Maduro a una salida negociada con la intervención de actores clave.

La continuidad de Maduro


Un escenario probable -considerando los últimos hechos- es que Maduro continúe en el poder y mantenga las cosas tal como está. El chavismo "parece interesado en prolongar el estado de cosas: que la oposición se refugie ante la presión política, judicial y policial, que la comunidad internacional pierda el interés y que la gente tenga que resignarse a resolver su día a día", según BBC Mundo.

En esa línea, remarcó el mismo medio, el oficialismo necesita "ganar tiempo": dilatar las cosas y no pasar sobresaltos hasta que la crisis disminuya, como ya lo hizo en ocasiones anteriores.

Sin embargo, esta vez el régimen ha perdido el respaldo popular de antaño y tiene en frente a una oposición más fuerte y empoderada que no está dispuesta a perder nuevamente la batalla. Ejemplo claro de esto son las multitudinarias manifestaciones que exigen la salida de Maduro y la proclamación como presidente de Edmundo González, a quien la oposición dio como ganador en los comicios del 28 de julio.

"El gobierno le está apostando a una especie de escenario intermedio entre el statu quo y la profundización", dijo a la BBC el abogado opositor Mariano de Alba, quien remarcó que Maduro "está dispuesto a profundizar el autoritarismo si tiene que hacerlo para tratar de mantenerse en el poder, pero preferiría un statu quo para evitar las reacciones y decisiones que en la práctica anulan las perspectivas de una recuperación económica, lo que seguiría aumentando el descontento masivo".

Con todo, existe un claro temor a que el Gobierno decida profundizar la crisis, lo que podría traducirse en mayores sanciones por parte de la comunidad internacional, con las consecuencias económicas que eso conlleva. Por otro lado, el chavismo podría endurecer la represión ciudadana, como ha quedado claro en los llamados que ha hecho el propio Maduro a bloquear las redes sociales.

Este escenario supone un aislamiento para Venezuela y un endurecimiento del totalitarismo al nivel de Cuba y Nicaragua.

¿Salida negociada?


Un escenario menos probable -aunque no imposible- es la concreción de una salida negociada entre el Gobierno y la oposición, considerando el deterioro del Ejecutivo tanto a nivel interno como en el exterior, donde la mayoría de los países le ha quitado el piso.

"La oposición está apostando a un quiebre dentro del gobierno que obligue a Maduro a negociar su salida", aseguró De Alba a la BBC.

Esto llevaría a las partes involucradas a sentarse y concretar una transición que satisfaga a todos. Ahí sería probable concordar la llegada de la oposición al poder, siempre y cuando no se persiga posteriormente a Maduro y los referentes de su administración por violaciones a los derechos humanos o delitos de otro tipo.

Es ahí donde jugarían un rol fundamental mandatarios latinoamericanos cercanos a Maduro, pero que también han hecho un llamado a la transparencia y la preservación de la democracia, como los izquierdistas Gustavo Petro (Colombia), Andrés Manuel López Obrador (México) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil).

Este último, incluso, propuso la realización de nuevas elecciones, con la participación de veedores internacionales de todas partes, incluidos aquellos que fueron vetados por Maduro. La iniciativa, no obstante, no fue bien acogida por ninguna de las partes.

El rol de la comunidad internacional


Así como los presidentes recién mencionados, otros líderes también tienen un rol importante que jugar. Ya son 11 los países de la región (incluido Chile) que han rechazado la decisión del TSJ de validar la reelección de Nicolás Maduro y han hecho un llamado a la publicación de la totalidad de las actas de escrutinio.

En esa línea, la comunidad internacional podría tomar varios caminos. Uno es la intensificación de las sanciones, que podrían complicar aún más a la economía venezolana y atar de manos al Gobierno de Maduro, aunque hasta la fecha no ha podido lograrlo.

Por otro lado, habrá que ver qué pasará después del 10 de enero, día en que el presidente electo debería hacer toma de posesión. Son varios los gobiernos que han reconocido a Edmundo González como el mandatario legítimo, mientras que otros si bien han rechazado a Maduro, han preferido tomar cautela.

Fresco está el recuerdo de Juan Guaidó, líder opositor que se autoproclamó Presidente encargado en 2019 y que fue reconocido como tal por un gran número de gobiernos. Sin embargo, su propuesta fracasó y la oposición debió negociar con Maduro la realización de nuevas elecciones, las mismas que hoy están en el ojo público por su falta de transparencia.
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