La madre de la ex primera dama argentina Fabiola Yáñez, Miriam Verdugo, declaró este jueves ante la Fiscalía haber sido ser testigo ocular de la violencia física ejercida por el entonces presidente Alberto Fernández (2019-2023) sobre su hija mientras estaba embarazada.
"Vi como Alberto empujó a mi hija cuando estaba embarazada", afirmó Verdugo frente al fiscal Ramiro González, quien investiga la causa abierta tras la denuncia presentada el 6 de agosto por Yáñez por presunta violencia de género contra el ex mandatario, según recogieron medios locales con acceso a la investigación.
Verdugo viajó desde Madrid, donde viven su hija y su nieto Francisco, de dos años, hijo de Yáñez y Fernández, para prestar su declaración presencial en los tribunales de Comodoro Py, en Buenos Aires.
Según su declaración, Fernández "zamarreó y empujó" a Yáñez haciéndola caer al piso, cuando cursaba su octavo mes de embarazo, en abril de 2022. La mujer aclaró que esta es la única vez que fue testigo de una agresión por parte del ex presidente.
Por otra parte, Verdugo relató haber estado presente cuando, en 2016, Fernández obligó a abortar a su entonces pareja.
Este testimonio coincide con la declaración de Tamara Yáñez, que el lunes pasado ratificó los testimonios de su hermana Fabiola ante el fiscal acerca de que Fernández la habría obligado a abortar en 2016.
La declaración de la ex suegra de Fernández es la sexta presencial, después de que ofrecieran su testimonio la periodista Alicia Barrios, conocedora del día a día de la pareja presidencial; la ex secretaria de Fernández, María Cantero; la esteticista María Florencia Aguirre; Daniel Rodríguez, ex administrador de la Quinta de Olivos (residencia presidencial); y el ex médico presidencial Federico Saavedra.
Por su parte, la ex primera dama expuso de forma virtual desde el Consulado de Argentina en Madrid.
Todavía resta comparecer frente al fiscal, la amiga de Yáñez, Sofía Pacchi, quien tenía que presentarse la semana pasada, pero no pudo hacerlo alegando problemas de salud.
Yáñez, de 43 años, decidió impulsar una denuncia contra el ex presidente, de 65, después de que la Justicia argentina -en el marco de una investigación por presunto tráfico de influencias- hallara conversaciones e imágenes que indicarían un posible caso de violencia machista en el teléfono de la ex secretaria presidencial.
El fiscal imputó a Fernández por el presunto delito de lesiones graves doblemente agravadas por el vínculo y por darse en un contexto de violencia de género y de amenazas coactivas en perjuicio de su ex pareja.
El juez federal Julián Ercolini prohibió a Fernández salir de Argentina y le ordenó no acercarse ni contactar por ninguna vía con la denunciante.