El Gobierno de Argentina se mostró este viernes aliviado por el "reconocimiento" de Venezuela de la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo, pero tachó de "gran mentira" la notificación de las acusaciones del Ministerio Público venezolano que recibió a través de Brasil.
"Argentina está haciendo todos los esfuerzos para poder terminar con esto, que es una gran mentira, una gran falacia, de una persona de familia, joven, que trabaja en la Gendarmería, y todo lo demás es un invento horrible", dijo el canciller argentino, Gerardo Werthein, en una rueda de prensa con su par de Seguridad, Patricia Bullrich.
Bullrich reconoció que en el Gobierno de Javier Milei están
"más tranquilos" por haber recibido "el reconocimiento" por parte de Venezuela,
"de pasar de ser una persona desaparecida a un preso bajo juzgamiento" y alertó que el fiscal general de Venezuela,
Tarek William Saab, "miente abiertamente".
Gallo fue procesado por la justicia de Venezuela por su supuesta vinculación a "un grupo de personas" que intentaron "ejecutar una serie de acciones desestabilizadoras y terroristas" con "apoyo de grupos de la ultraderecha internacional", informó este viernes el Ministerio Público del país caribeño.
Según las autoridades argentinas, el gendarme fue detenido arbitrariamente el 8 de diciembre pasado, tras cruzar un paso fronterizo terrestre desde Colombia a Venezuela para visitar a su novia y a su hijo.
Werthein prefirió la "discreción" sobre los países y personas que ayudan a Argentina a recuperar al gendarme, ya que su embajada en Caracas es administrada por Brasil desde que Venezuela expulsó a los diplomáticos argentinos luego de que Milei tildara de fraudulentas las elecciones presidenciales, en tanto está siendo hostigada por darle refugio a cinco antichavistas.
"Producto de esas gestiones y consultas, Nahuel pasó a ser secuestrado de manera ilícita de paradero desconocido a ser reconocido por el Gobierno", afirmó Werthein, aunque aclaró que la notificación oficial que recibió el Gobierno argentino a través del brasileño no menciona el paradero del gendarme.
El canciller acusó al Gobierno de Venezuela de tener "una práctica habitual", que es "acusar ilegítimamente a personas (de distintos países) para tenerlos en su poder como rehenes".
Bullrich tildó de "mentiras" cada una de las acusaciones hechas contra Gallo, que definió como "un prejuzgamiento de parte de Venezuela": "No podemos ni vamos a aceptar que Nahuel Gallo es un terrorista".
La Fiscalía venezolana acusó a Gallo de ingresar "irregularmente" a Venezuela, pero Bullrich indicó que "su entrada fue absolutamente legal" porque "entró con todos los papeles legales" exigidos por la Gendarmería y Venezuela: "Lo que no fue legal es la forma que lo secuestraron en la frontera".
Venezuela acusó al gendarme de ingresar "ocultando su verdadero plan criminal
bajo el ropaje de una visita sentimental", y Bullrich contó que su "objetivo fundamental era ir a visitar a su hijo" durante sus vacaciones, "tenía pasaje de ida y vuelta" y había informado la dirección donde se iba a alojar.
Bullrich negó que Gallo tuviera vínculos con grupos de ultraderecha, porque "los gendarmes tienen total y absolutamente prohibida la actividad política".
La ministra argentina también rechazó la acusación de que Gallo iba a hacer acciones desestabilizadoras y terroristas, y se preguntó "qué acción terrorista puede ir y hacer una persona que entra por una frontera legal con todos los papeles, diciendo dónde va a estar y su hijo".
Bullrich negó que las declaraciones y acciones del Gobierno argentino, así como la resolución judicial de la Cámara Federal de la provincia argentina de Mendoza solicitando su paradero, suponían "complicidad de las autoridades" con los presuntos "planes subversivos" de Gallo.
"Queremos que Nahuel Gallo sea devuelto a la Argentina de manera inmediata", pidió Bullrich.