El pasado 20 de diciembre el Gobierno de Chile oficializó la firma de un importantísimo acuerdo migratorio con Bolivia que permite, entre otras cosas, reconducir a migrantes irregulares y controlar el tránsito de personas que viven en localidades aledañas a la frontera, dando solución a un constante problema en la zona.
En la ceremonia estuvieron presentes figuras del Gobierno chileno como la ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá; el ministro de RR.EE., Alberto van Klaveren; el subsecretario del Interior, Luis Cordero; y la subsecretaria de Hacienda, Heidi Berner, además del ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, uno de los hombres fuertes del gabinete del presidente altiplánico, Luis Arce.
Del Castillo ha ocupado diversos cargos en el sector público, siendo reconocido como asesor legal de la Dirección de Migración en Santa Cruz, entre otros roles.
Fue designado por Arce como ministro de Gobierno (Interior) en 2020 cuando tenía apenas 32 años de edad, convirtiéndose así en el miembro más joven del gabinete y, a la vez, uno de los más importantes.
A pesar de contar con el respaldo y confianza del Mandatario, la gestión de Del Castillo no ha estado exenta de polémicas y cuestionamientos, sumado a su tensa relación con el expresidente Evo Morales, ahora adversario político de Arce.
Escándalo por autos robados en Chile
En 2023, una investigación reveló que un buen número de autos robados en Chile eran ingresados a Bolivia para su posterior venta ilegal. El escándalo escaló al descubrirse que algunos de estos vehículos incluso fueron utilizados por instituciones estatales.
Legisladores denunciaron la participación de ciertos funcionarios de la Dirección de Prevención de Robo de Vehículos en estas actividades en la Asamblea Legislativa y también se lanzaron contra Eduardo del Castillo, quien fue
censurado por más de dos tercios de los votos por su responsabilidad en el control de los ejemplares. Esto obligó al Presidente a
destituirlo, conforme a lo estipulado en la Constitución boliviana.
Sin embargo, apenas dos días después fue restituido por Arce como ministro de Gobierno, lo cual fue criticado desde variados sectores políticos argumentando que un ministro censurado no podría volver a ocupar un mismo puesto según la Carta Magna local.
Interpelaciones
En 2021, Eduardo del Castillo protagonizó uno de los primeros episodios polémicos de su gestión tras el arresto de la expresidenta Jeanine Áñez, acusada de terrorismo, sedición y conspiración por su participación en las protestas de 2019 en Bolivia que ocasionaron la caída del Gobierno de Evo Morales. En esta ocasión, la oposición y diversas organizaciones internacionales señalaron que Del Castillo buscaba utilizar la justicia con fines políticos.
Luego, en diciembre de 2022, Del Castillo fue interpelado por el papel de su ministerio en la detención del entonces gobernador de Santa Cruz Luis Fernando Camacho, al cual acusó de conspirar en el presunto golpe de Estado de 2019. Desde la oposición denunciaron que se trataba de otro caso de persecución política con el fin de debilitar al adversario.
"Por supuesto que lo han secuestrado, existen pruebas suficientes para afirmar que es un secuestro, por más de cinco horas nosotros no supimos de su paradero, no sabíamos dónde se encontraba", dijo Luis Fernando Camacho Parada, hijo del líder opositor.
La tercera interpelación a Eduardo del Castillo tuvo relación con el envío de policías a Santa Cruz durante las intensas protestas de 2023, vinculadas con el reclamo por la realización del censo. Varios registros audiovisuales mostraron a un buen número de policías ejerciendo una fuerza excesiva durante las manifestaciones.
Sobre el paro que se extendió entre octubre y noviembre de 2022, el ministro señaló que "no solo fue un error político de parte de la dirigencia cívica y regional de Santa Cruz acudir a un par por un tema que pudo ser resuelto fácilmente por un diálogo, sino que atentó y traumó a todo un pueblo para no conseguir, absolutamente, nada".
Lucha con Evo Morales
A pesar de que el expresidente Evo Morales comparte militancia en el Movimiento Al Socialismo (MAS) con Eduardo del Castillo, sus diferencias no han pasado desapercibidas y han mantenido una tensa relación en los últimos años.
Entre la nueva generación representada por Luis Arce y Del Castillo, y la figura más radical y populista de Morales, quién aún posee una gran influencia dentro del partido, se han producido fuertes fricciones que han desencadenado en constantes divisiones, afectando tanto la estabilidad del Gobierno como la cohesión interna del MAS.
Entre los últimos enfrentamientos significativos que han protagonizado se encuentra el ocurrido en septiembre de 2024, cuando Del Castillo advirtió con
procesar penalmente al exgobernante por intentar acortar el mandato de Arce, lo que consideró un
intento de "golpe de Estado". Asimismo, el ministro de Gobierno boliviano acusó al líder indígena de haber
fabricado un intento de magnicidio cuando el vehículo del expresidente recibió disparos en Cochabamba en octubre de 2024.
Ante esto, Morales hizo una publicación en la red social X donde insistió que el gobierno de Arce "tardó 30 horas en fabricar una mentira y quiere convertir a la víctima en victimario".
Las elecciones generales de Bolivia están previstas para realizarse el 17 de agosto de 2025, por lo que la gestión de Arce y Del Castillo sobre las tensiones internas y su relación con las regiones opositoras será clave para definir el futuro del país vecino.