El pasado martes, los Archivos Nacionales de EE.UU. liberaron miles de páginas de registros relacionados con el
asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963.
Las versiones recién desclasificadas de estos documentos revelaron detalles de las operaciones de espionaje que realizaba la CIA a mediados del siglo XX que se había esforzado por mantener en secreto.
Según reveló ABC News, el asistente del presidente, Arthur Schlesinger Jr., advirtió a Kennedy que la dependencia de la CIA de "fuentes estadounidenses controladas" (de sigla CAS, por Controlled American Sources) había estado invadiendo las funciones tradicionales del Departamento de Estado, y que la CIA podría haber estado tratando de infiltrarse en la política de los aliados de Estados Unidos.
Los archivos señalan que a través de un memorando confidencial sobre la "Reorganización de la CIA", Schlesinger Jr. informó que al día de la toma de posesión del presidente John F. Kennedy, en enero de 1961, "el 47 % de los funcionarios políticos que prestaban servicio en las embajadas de Estados Unidos eran CAS".
Según lo que consignó Schlesinger, en la Embajada de Estados Unidos en París, 123 diplomáticos eran en realidad agentes encubiertos de la CIA.
Además, aseguró que en la embajada de París "la CIA incluso ha intentado monopolizar el contacto con ciertas personalidades políticas francesas, entre ellas el presidente de la Asamblea Nacional".
En tanto, en Chile, 11 de los 13 funcionarios políticos de la Embajada eran agentes encubiertos de la CIA.
"Hoy en día, la CIA tiene casi tantas personas bajo cobertura oficial en el extranjero como el Departamento de Estado: entre 3.900 y 3.700", informó Schlesinger al presidente Kennedy.
"Aproximadamente 1.500 de ellos están bajo cobertura del Departamento de Estado (los otros 2.200 presumiblemente están bajo cobertura militar u otra cobertura oficial no estatal)", mencionó en el documento remitido a Kennedy.
Vigilancia de la CIA
Según reveló ABC News, algunas páginas detallan cómo la CIA intervino teléfonos en Ciudad de México entre diciembre de 1962 y enero de 1963 para vigilar comunicaciones entre soviéticos y cubanos en sus instalaciones diplomáticas, que el supuesto asesino de Kennedy, Lee Harvey Oswald, visitó los meses previos del hecho.
En varias páginas se explican las instrucciones específicas para los agentes de la CIA sobre cómo realizar las escuchas telefónicas, además de detallar el uso de productos químicos para dejar marcas en los teléfonos que solo podían ser vistas por otros agentes bajo luz ultravioleta.
También, en los registros se da a conocer la vigilancia de la CIA a las embajadas soviéticas en México, y sus esfuerzos por reclutar agentes dobles entre el personal de dicha agencia. Incluso, en los documentos se revelan nombres y cargos de los reclutados por la agencia de inteligencia estadounidense.
Cabe señalar que las páginas también dan cuenta de la vigilancia de la CIA a un estadounidense descrito como "comunista residente en México" y revela una lista de números telefónicos intervenidos por el gobierno estadounidense.
Si bien expertos apuntan a que este sujeto podría corresponder a Oswald debido a sus visitas a la embajada soviéticas, los documentos revelados no mencionan el nombre del asesino de Kennedy.
Operaciones en Cuba
El material también sacó a la luz las actividades encubiertas de EE.UU. contra el régimen del líder revolucionario Fidel Castro.
Algunos documentos también detallan operaciones de inteligencia para derrocar a Castro.
Según reveló ABC News, un registro decía que la CIA "anteriormente estaba a favor de tal plan", pero fue "archivado" debido a la oposición del Fiscal General Robert F. Kennedy, hermano del entonces mandatario.
Otro documento publicado previamente detallaba que Robert F. Kennedy había sido informado sobre posibles planes para asesinar a Castro.
"RFK pide que se le informe antes de que la CIA vuelva a colaborar con la mafia", dice una nota al pie del documento.
La publicación inicial que realizaron los Archivos Nacionales de EE.UU. el martes contenía 1.123 registros, que abarcaban cerca de 32.000 páginas.
Sin embargo, una publicación posterior contenía 1.059 registros, que abarcaban 31.400 páginas adicionales, y conclusiones clave del nuevo lote de registros previamente clasificados.