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Gobierno italiano restringe ciudadanía por derecho de sangre: Cómo la medida podría afectar a chilenos

Con la modificación del "ius sanguinis", ahora se requiere tener padre o abuelo nacido en Italia para solicitar la nacionalidad. Los más afectados serán los descendientes en Argentina y Brasil.

31 de Marzo de 2025 | 11:02 | Redactado por Sofía Campos, Emol.
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El pasaporte italiano. Imagen referencial.

Getty Images
El gobierno ultraconservador italiano restringió el viernes las condiciones para acceder a su ciudadanía por derecho de sangre. La medida se limitará a dos generaciones, lo que afecta a los descendientes de emigrantes en América Latina, particularmente a miles en Argentina.

Según consignaron medios internacionales, a partir de ahora se requiere tener padre o abuelo nacido en Italia para solicitar la nacionalidad.

Con la reforma "ius sanguinis" que regía desde 1992, se permitía obtener la ciudadanía a los descendientes de tercera o cuarta generación de italianos, es decir, hasta un tatarabuelo.

La medida detalló que los hijos de italianos adquirirán automáticamente la ciudadanía si es que nacen en territorio de Italia o si, antes de su nacimiento, uno de sus padres ha residido en el país europeo al menos durante dos continuos.

Con este cambio, son miles de personas las que ya no podrían acceder al pasaporte italiano, un documento que se encuentra en el "top 5" de los más poderosos del mundo dado que permite acceder sin problemas a la Unión Europea, Estados Unidos y otros países.

Según consignó AFP, las condiciones deberán ser aun más duras, pues después "se impondrá a los ciudadanos nacidos y residentes en el extranjero" y naturalizados italianos "mantener lazos reales con nuestro país, ejerciendo los derechos y los deberes de los ciudadanos al menos una vez cada 25 años", dice el texto de la modificación.

Además, el jefe de la diplomacia Antonio Tajani, mencionó el viernes que "ya no se podrá pedir la ciudadanía con las viejas reglas, sino solo si se tienen hasta a abuelos italianos".

Tajani explicó que "el principio del derecho de sangre no será abolido y muchos descendientes de emigrantes podrán obtener la nacionalidad italiana".

"Pero se establecerán límites precisos, especialmente para evitar los abusos o la 'comercialización' de los pasaportes italianos. La nacionalidad debe ser una cosa seria", agregó el diplomático.

Desde el ministerio citaron como ejemplo a Argentina, que tiene la comunidad de inmigrantes italianos más importante fuera de Italia, donde 20.000 descendientes obtuvieron la nacionalidad en 2023 en virtud del derecho de sangre, y otros 30.000 en 2024.

Uno de ellos fue precisamente el presidente argentino, Javier Milei, que obtuvo la ciudadanía en diciembre durante un viaje a Roma mediante un procedimiento acelerado.

El ministerio italiano también resaltó el caso de Brasil, donde 14.000 personas obtuvieron el pasaporte de Italia en 2022, y 20.000 en 2024.

Si bien desde el gobierno de Meloni subrayaron que la medida afecta principalmente a descendientes de Argentina y Brasil, en Chile hay cerca de 300 mil personas con algún origen italiano.

Por esto mismo, la Embajada de Italia en Chile se encuentra actualizando en su página web los cambios en la ley que fueron introducidos por el Consejo de Ministros.

Según un cálculo de la cancillería italiana, con la ley que estaba en vigor hasta ahora, entre 60 y 80 millones de personas en el mundo podían reclamar la nacionalidad italiana.

Efectos políticos


Si bien la medida impulsada por el gobierno de Giorgia Meloni causó un shock en países latinoamericanos como Brasil y Argentina, también generó ruido al interior del Ejecutivo italiano.

Legisladores del oficialismo italiano criticaron el cambio a la reforma de "ius sanguinis". Es el caso de los miembros de la Liga, el partido de extrema derecha del viceprimer ministro Matteo Salvini.

"Es extraño que alguien en el gobierno haya decidido ponerle un freno a los descendientes de quienes emigraron al extranjero, en gran parte de origen veneciano, lombardo, piamontés o friulano, y por tanto de cultura católica, pero luego piense en regalarle la ciudadanía a jóvenes inmigrantes, a menudo islámicos", protestó el diputado veneciano Dimitri Coin, según consignó La Nación.

"Es increíble que nos preocupemos más de nuestros bisabuelos: serán necesarias medidas correctivas en la Cámara", advirtió Coin.

En esa línea, la eurodiputada Elena Donazzan, de Hermanos de Italia -el partido de Meloni- se manifestó en contra de la reforma.

"Creo que este es un error cultural de la centroderecha, los descendientes tienen sangre italiana, mientras otros nos invaden. Tenemos que ser muy duros con la comercialización de los pasaportes, pero si hay un certificado de descendencia, esa persona debe tener las puertas abiertas", aseguró la legisladora en diálogo con el medio Corriere Veneto.

Donazzan subrayó que los descendientes italianos podrían suplir la falta de mano de obra que hay en Italia: "Es una convicción mía desde hace tiempo: nuestra demografía y la necesidad de mano de obra van de la mano. ¿Y quién puede ser más formado y similar a nosotros?".

Maurizio Lupi, diputado de Noi Moderati -pequeño partido que también sostiene la coalición de Meloni- se sumó al coro de críticas y aseguró que "el texto debe ser absolutamente mejorado, debe ser cambiado. No hay que tener prejuicios hacia nuestras comunidades en el exterior. Hay que hacer una reflexión más amplia, siempre con moderación hablando de moderados, pero en este caso debo decir que estamos de acuerdo también con la Liga".

Desde la centro derecha, el vocero de Forza Italia, Raffaele Nevi, expresó en declaraciones al medio ANSA su respaldo a la medida: "Es sorprendente que los diputados de la Liga digan cosas diferentes a las que votaron sus propios ministros en el consejo de ministros".

"Todo se puede mejorar en el proceso de conversión en el Parlamento, pero esto me parece una norma sacrosanta y urgente también para poner fin a las estafas y a las violaciones flagrantes de la legislación sobre ciudadanía, que debe ser merecida y no regalada", puntualizó Nevi.
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