El presidente de EE.UU., Donald Trump.
AP
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciará el miércoles una nueva tanda de aranceles en un gran evento en la Casa Blanca, adelantó este lunes la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Trump ha bautizado el 2 de abril como el "Día de la Liberación" porque, a su juicio, permitirá a EE.UU. librarse de prácticas comerciales "injustas" que otros países han mantenido en su contra durante décadas.
"El presidente anunciará un plan arancelario que revertirá las prácticas comerciales desleales que han estado estafando a este país durante décadas. Lo hace en el mejor interés del trabajador estadounidense", explicó Leavitt en una conferencia de prensa desde la Casa Blanca.
En concreto, Trump prevé anunciar el miércoles "aranceles recíprocos" a aquellos países que imponen barreras comerciales contra los productos y servicios estadounidenses. Estas medidas podrían afectar especialmente a la Unión Europea (UE).
Leavitt señaló que el anuncio incluirá "aranceles basados en países", pero no entregó detalles sobre qué naciones se verán afectadas ni si la UE será considerada como un bloque o se aplicará la medida a países específicos.
La portavoz también afirmó que "por ahora, no habrá exenciones".
Según lo que explicó la vocera, el martes el secretario de Comercio, Howard Lutnick, presentará a Trump un informe en el que se detallan las barreras comerciales y fiscales que otras naciones imponen a los productos estadounidenses.
A partir de ese análisis, Washington pretende fijar aranceles sobre bienes y servicios extranjeros al mismo nivel que los que enfrentan los productos estadounidenses en esos mercados.
La idea, según ha reiterado en varias ocasiones Trump, es simple: "Si ellos nos cobran, nosotros les cobramos".
El miércoles también está previsto que entren en vigor los aranceles del 25% a todos los automóviles importados a Estados Unidos.
Si bien la Casa Blanca sostiene que esta medida fomentará la manufactura nacional, también podría provocar un aumento de precios para los consumidores y perjudicar a los grandes fabricantes de automóviles del país, que dependen de cadenas de suministro globales.
Para intentar mitigar ese impacto sobre la industria automotriz estadounidense, Trump ha decidido que las piezas de automóviles fabricadas en México y Canadá estarán exentas temporalmente de ese arancel del 25%.
