Tras el funeral y el entierro este sábado del papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años de edad a causa de un ictus, el proceso para la elección de un sucesor continúa con los siguientes pasos.
Las 'Novendiales'
Las 'Novendiales' (del latín 'novem diem', nueve días) es el periodo de nueve días de luto que sigue a la muerte de un papa y que en esta ocasión terminará el próximo 4 de mayo. Durante esos días, habrá una misa diaria en recuerdo del papa difunto, abierta a quien quiera rezar por su alma.
La primera misa fue el propio funeral celebrado este sábado en la Plaza de San Pedro. La novena y última misa tendrá lugar el 4 de mayo a las 17.00 horas locales (15.00 GMT) en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Dominique Mamberti.
Mientras tanto, los cardenales se reúnen en las congregaciones, encuentros en los que tienen que elegir una fecha para el cónclave y tejer alianzas ante la elección del nuevo papa.
Convocatoria del cónclave
Una vez superado este periodo de nueve días podrá convocarse el cónclave para elegir un sucesor, en un plazo que no puede superar los 20 días desde la muerte del papa, por lo que su inicio se prevé entre el 5 y el 10 de mayo.
Cónclave (del latín cum clave, con llave)
Acabados los ritos funerarios, es el momento del cónclave, el rito con el que los cardenales menores de 80 años se encierran en la Capilla Sixtina para elegir un sucesor del papa difunto.
Acuerdo
La duración del cónclave es impredecible debido a que depende del acuerdo entre los cardenales para elegir un nuevo papa. Una vez elegido un sucesor, la iglesia anunciará al mundo la noticia con la famosa 'fumata blanca', el humo blanco que saldrá de la chimenea de la Capilla Sixtina.
Los 12 "papables" que más suenan para suceder a Francisco
Pietro Parolin
El más nombrado en las 'quinielas' vaticanas es sin duda el actual secretario de Estado, Pietro Parolin, de 70 años, un hombre de consenso y difícilmente encasillable entre progresistas y conservadores, lo que podría ser una baza importante. Conocido por todos los cardenales, gran diplomático que ha acercado estos años la Santa Sede a China y un buen conocedor de todo Oriente y de Latinoamérica después de haber sido nuncio en Venezuela.
Matteo Maria Zuppi
La gran opción para los progresistas italianos es Matteo Maria Zuppi, de 69 años, actual presidente de la Conferencia Episcopal italiana, el perfil más cercano a Jorge Bergoglio por su atención a los más desfavorecidos y a los migrantes y muy cercano a la poderosa comunidad laica de San Egidio.
Luis Antonio Tagle
El perfil del cardenal filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, engloba algunas de las características que a los cardenales podrían convencer en la Síxtina. Hombre de la Curia pero que representa el continente asiático, que es la esperanza para la Iglesia católica. Aunque considerado progresista, ha criticado duramente un proyecto de ley filipino sobre salud reproductiva y se ha pronunciado enérgicamente contra el aborto y la eutanasia.
Jean-Marc Aveline
El arzobispo de Marsella, Jean-Marc Aveline, de 66 años, ha cobrado fuerza en los últimos años sobre todo tras haber convencido al papa Francisco a visitar la ciudad francesa para hablar de migración. Su perfil recuerda al primer Bergoglio, afable y culto, dedicado a las cuestiones de las 'periferias', al diálogo interreligioso y las migraciones, una sensibilidad adquirida también a través de su infancia en una familia perteneciente a los franceses repatriados a partir de 1962, al final de la guerra de Argelia. Su edad relativamente joven podría ser un punto en contra.
Pierbattista Pizzaballa
Aunque italiano, el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, 59 años, es una baza para un papa con una visión internacional y que se ha expresado en estos días en defensa de los palestinos de Gaza, pero con buena relación con las autoridades israelíes. Demasiado joven para ser papa y una incógnita en algunas posiciones doctrinales, pesará lo que pueda comunicar en las congregaciones, las reuniones precónclave que se realizarán estos días.
Péter Erdö
El arzobispo de Budapest, Péter Erdö, de 72 años, es una de las más importantes opciones del ala conservadora y europea. Creció bajo el comunismo y, cuando tenía cuatro años, en 1956, su familia se vio obligada a huir del país. Considerado un gran intelectual es, firmemente provida, se opone al celibato opcional para los sacerdotes y está en contra de la aceptación de las uniones homosexuales y defiende los valores de la Europa cristiana. Su buena relación con el Gobierno antinmigración de Viktor Orban podría ser un punto negativo.
Anders Arborelius
El obispo de Estocolmo, Anders Arborelius, de 75 años, primer cardenal de Suecia, es un convertido al catolicismo en un país escandinavo con una población abrumadoramente protestante y una de las sociedades más secularizadas del mundo. Es un firme defensor de la doctrina de la Iglesia, particularmente contra la posibilidad de permitir que las mujeres sean diáconos o de bendecir a parejas del mismo sexo. Aunque igual que Francisco, Arborelius es partidario de acoger a los inmigrantes en Europa.
Mario Grech
El obispo maltés Mario Grech de 68 años, es el secretario general del Sínodo de los Obispos, por lo que en estos últimos 3 años cuando se ha celebrado el Sínodo de la Sinodalidad ha podido conocer a todos los cardenales y representantes de la iglesia católica llegados a Roma para esta asamblea. Tuvo que lograr un delicado equilibrio entre las peticiones de crear Iglesia abierta y atenta y al mismo tiempo reconociendo las preocupaciones conservadoras.
Malcolm Ranjith
El arzobispo metropolitano de Colombo (Sri Lanka), Malcolm Ranjith, de 77 años, aunque ha demostrado cercanía con Francisco y ferviente preocupación por los pobres, es un cardenal con raíces en el pontificado de Benedicto XVI y no ha desdeñado alentar la celebración de la Misa tradicional en latín. Con experiencia en la Curia donde fue secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos después se trasladó a Sri Lanka y podría ser la baza del Sur del mundo. Habla diez idiomas con fluidez.
Fridolin Ambongo Besungu
Aunque es muy difícil que el próximo papa sea africano, el arzobispo de Kinshasa, Fridolin Ambongo Besungu, de 65 años, es la opción más probable. Nacido en la República Democrática del Congo y arzobispo de Kinshasa, es el único cardenal africano en el consejo de Cardenales, el comité de asesores, que creó Francisco. Como presidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, en enero de 2024 firmó una carta expresando su oposición a la declaración del Vaticano que autoriza a los sacerdotes a impartir bendiciones a las uniones homosexuales.
Robert Francis Prevost
El actual prefecto del dicasterio para los obispos, el estadounidense originario de Chicago, Robert Francis Prevost, de 69 años, encargado de asesorar al papa en los nombramientos y también presidente de la Comisión Pontificia para América Latina puede ser una baza tanto para aquellos que quieren un hombre de Curia pero también del continente americano.
Timothy Dolan
El arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, de raíces irlandesas-estadounidenses, es un conservador teológico, firmemente opuesto al aborto y una baza para los conservadores aunque en los últimos meses se ha opuesto con fuerza a las políticas contra los migrantes de Donald Trump. Su nombre ya sonó con fuerza en el anterior cónclave.
¿Un papa español?
Otros nombres que suenan en las listas son Claudio Gugerotti (69 años), prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales o Joseph Cupich (75 años), arzobispo de Chicago, pero también una de las posibilidades sería un español como Ángel Fernández Artime (64 años), que fue el responsable de los salesianos y ahora proprefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Otro de los nombres que suena entre los 'papables' es el del arzobispo de Rabat, el español Cristóbal López Romero (72 años), una posibilidad sobre la que bromeó con EFE: "Eso sería trágico para la iglesia".
"No creo que suceda porque el Espíritu Santo es cierto que sopla donde quiere y como quiere, pero no hace tonterías y eso sería una gran tontería", añadió.
Otra opción es el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, muy cercano a Francisco y que formó parte de la comisión de cardenales que le ayudaron en su pontificado. En declaraciones a EFE negó que tenga interés en ser escogido como sucesor del papa Francisco: "Yo no me voy a votar", dijo.