SANTIAGO.- Aunque el anuncio de que la Ucinf dejará de existir y será absorbida por la U. Gabriela Mistral resultó sorpresivo, lo cierto es que no es la primera vez que ocurre algo así en el sistema de educación superior chileno.
Esto ha sucedido en al menos tres ocasiones anteriores. Una fue en la década de los '90, cuando la U. del Desarrollo, que en ese momento sólo funcionaba en Concepción, creó su sede de Santiago absorbiendo a la U. Las Condes, que después cerró voluntariamente.
Otro caso fue la U. Educares –que primero era un instituto y después se convirtió en una universidad que impartía carreras de Educación–. Ésta fue absorbida por la U. Andrés Bello (UNAB), pasando a ser parte de la facultad de humanidades y educación de ese plantel.
Un tercer caso es la U. Marítima –creada bajo el alero de la Armada, con participación de la Fundación Carlos Condell–, cuyos dueños decidieron cerrarla, debido a sus problemas financieros. Sus alumnos fueron trasladados a la U. Andrés Bello de Viña del Mar, que creó las carreras que estaban en el primer plantel y que ésta no tenía.
Según explica a Emol el vicedecano de Educación de la U. Católica y experto en Educación Superior, Andrés Bernasconi, en general, las universidades que han cerrado voluntariamente han buscado la forma de traspasar a sus alumnos a otra universidad, debido, entre otras cosas, a que "cerrar es muy caro".
Esto se debe a que, cuando una universidad cierra, debe dejar de recibir alumnos de primer año –que son los más numerosos– y seguir dictando sólo los cursos superiores hasta que esos alumnos egresen. El problema es que el arancel que pagan los alumnos de primer año, en la práctica, "subsidia" a los cursos superiores porque –debido a la deserción– éstos siempre son más pequeños. "Entonces si dejas de recibir alumnos de primer año, pero te quedas con los otros, el costo que tiene egresar a los estudiantes es astronómico", explica.
"Es mejor un arreglo a la muerte lenta de la Arcis o la U. del Mar"
En opinión del experto, si una universidad decide cerrar voluntariamente, "lo mejor que puede hacer es traspasarle los alumnos, de una vez, a otra institución que los reciba".
"Es mejor un arreglo convenido mientras la Ucinf todavía tiene algo de vida, a esperar que la situación sea crítica, que es el camino de la muerte lenta y la larga agonía de la U. del Mar y la Arcis"
Andrés Bernasconi, experto UC
Pero no sólo por el tema financiero, sino en beneficio del sistema de educación superior: "Es preferible para el país tener menos universidades, con más tamaño, más consolidadas, que muchas universidades pequeñas que tienen dificultades de subsistencia y no están acreditadas".
Por eso considera que "desde el punto de vista del interés público, si la Ucinf no tiene destino, lo mejor es buscar un camino de este tipo". "Es mejor un arreglo convenido mientras la Ucinf todavía tiene algo de vida, a la alternativa de esperar hasta que la situación es crítica y se dejan de pagar los sueldos y los alumnos se toman la universidad, que es el camino de la muerte lenta y la larga agonía de la U. del Mar y de la Arcis", afirma.
De todas formas, subraya que este proceso "tiene que hacerse bien", con un plazo adecuado, en que se salvaguarde el derecho de los estudiantes de la Ucinf, a través de un plan de cierre que sea "convincente", y se vele porque la universidad receptora, la UGM, mantenga los estándares de calidad que se consideraron al momento de otorgarle la acreditación.