SANTIAGO.- Las palabras "cachai" y "concha de tu madre" proferidas por el contador del Cartel de Cali mientras su oficina era registrada por la Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA) son las que llevaron al agente Daniel Van Ness a descubrir la nacionalidad de Guillermo Pallomari: era chileno.
Se advierte que los siguientes párrafos incluyen información explícita de la tercera temporada de la serie Narcos.
Esta escena de ficción retratada en la tercera temporada de la exitosa serie de Netflix "Narcos" pudo perfectamente no haber sucedido así. Sin embargo, una cosa es segura. Las finanzas de la segunda organización de narcotráfico más grande de Colombia, que entre las décadas de los 80 y 90 llegó a controlar el 80% del mercado mundial de cocaína, estuvieron a cargo de un chileno.
Guillermo Alejandro Pallomari González, que en la serie es personificado por el actor español Javier Cámara, no sólo fue por años el contador del cartel de Cali y quien ayudó a manejar el imperio de la cocaína de los hermanos Rodríguez Orejuela, sino que también fue una pieza clave para su declive.
De la salitrera a Colombia
Guillermo Pallomari nació el 1 de octubre de 1949 en la oficina salitrera María Elena, en Antofagasta. Sus padres eran Lilian González y Guillermo Pallomari Astudillo.
Según la prensa colombiana, Pallomari se graduó de contador, aunque nunca ejerció como tal en la capital chilena. Además, es ingeniero en sistemas y tiene conocimientos de economía y finanzas.
A fines de 1973 llegó a Bogotá sin un peso y al año siguiente consiguió un puesto como supervisor de las nóminas de sueldos en el Banco Occidente de Cali. Posteriormente, trabajó en una empresa textil.
Se casó con la colombiana Gladys Patricia Cárdona, quien tenía una empresa computacional llamada Universal Link, y tuvo dos hijos de esa nacionalidad.
Ascenso en el cartel de Cali
No fue hasta 1982 que Pallomari llegó a trabajar bajo al alero del Cartel de Cali. Ese año se transformó en el gerente de sistemas de Drogas La Rebaja, la cadena de farmacias más grande del país de la que eran dueños los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, los líderes de la organización de narcotráfico.
En esa época, todos los esfuerzos de las autoridades colombianas y estadounidenses estaban centradas en la captura de Pablo Escobar, el líder del mortífero cartel de Medellín. Eso le dejaba el camino prácticamente libre a los Rodríguez para transformar su organización de venta de cocaína en un verdadero imperio empresarial.
Tal era la habilidad de Pallomari para manejar los sistemas que su nombre llegó al mismísimo Miguel Rodríguez, al que el chileno conoció oficialmente en 1990, en una fiesta de Navidad de la empresa. Desde entonces, el ingeniero se transformaría no sólo en el asesor personal de Rodríguez, sino que también en el contador y conformador de la estructura financiera del Cartel de Cali.
Detención y documentos "comprometedores"
La muerte de Pablo Escobar en manos de la policía colombiana y la DEA provocó que el Cartel de Cali se convirtiera en la mayor organización de tráfico de cocaína del mundo. Sin embargo, también los puso primeros en la lista de prioridades.
El nombre de Pallomari pasó a ser de conocimiento público el 8 de julio de 1994, cuando miembros del Bloque de Búsqueda del ejército colombiano allanaron su oficina e incautaron una serie de documentos comprometedores.
Entre ellos, se encontraba un listado de los sobornos y pagos mensuales del cartel a cientos de suboficiales, oficiales y agentes de la policía de Cali y comprobantes de siete cheques, entre ellos dos girados a nombre de un senador. Asimismo, los documentos le sirvieron a la fiscalía para relacionar a los hermanos Rodríguez con el entonces contralor de la República, David Turbay, y el tesorero de la campaña electoral del Presidente Ernesto Samper, Santiago Medina.
A pesar de que ese día Pallomari fue puesto en libertad, su detención significó el principio del fin para el Cartel de Cali.
Proceso 8000 y caída del cartel
Tras la captura de Gilberto Rodríguez en junio de 1995, las autoridades perdieron la pista de Pallomari. No obstante, en septiembre el contador apareció en Washington cuando acudió a la DEA para entregarse, acogiéndose al programa de Protección de Testigos y proporcionando toda la documentación financiera del Cartel de Cali. Un día después, su esposa fue asesinada.
La información entregada por Pallomari ayudó a ratificar algunas de las investigaciones que se llevaban a cabo en el marco del Proceso 8000, causa que indagaba los aportes económicos del narcotráfico a la política colombiana y que involucró a la campaña electoral de 1994 del entonces Presidente Ernesto Samper, a la que el Cartel de Cali entregó más de US$6 millones.
Pallomari declaró que fue él quien diseñó la estrategia para financiar las campañas de ese año y que también se realizaron millonarios aportes a los postulantes al Parlamento. Asimismo, aseguró haber lavado al menos US$400 millones para los hermanos Rodríguez.
Pallomari fue condenado a siete años de prisión, sentencia atenuada gracias a su colaboración. En el juicio que se llevó a cabo en 1998 afirmó que trabajar con los Rodríguez "fue una equivocación, una estupidez, un gran error".
El fiscal del caso, Bill Pearson, manifestó en la ocasión que Pallomari "fue un hombre muy importante en la organización del Cartel de Cali, pero también fue el más importante contra la organización".
En 2009 volvió a testificar en contra de otros miembros de la familia del cartel, lo que resultó en la detención de más de 30 implicados. Actualmente, el chileno de 67 años, que ya fue puesto en libertad, se encuentra acogido al programa de Protección de Testigos en Estados Unidos.