Luciano Aenishanslins, El Mercurio.
SANTIAGO.- Eduardo Moya (23) y Jesús Bravo (34) son los guardias que trabajan en la empresa de valores Esertval y son quienes estaban la madrugada del martes a cargo del recinto cuando encapuchados robaron cerca de $16 mil millones, el mayor botín registrado en un asalto en la historia de Chile.
No ocultan que las sospechas apuntan a ellos, pero aseguraron a El Mercurio que están tranquilos, que son víctimas y no culpables del delito y que la investigación, la que está a cargo del fiscal Patricio Cooper, "lo va a decir todo".
Moya contó que "cuando ocurrió el asalto, llegó mi primer jefe, que es gerente contralor, y en vez de preguntarnos cómo estábamos, nos dijo 'por qué no apretaron la cagá de alarma'. La alarma no funcionó. Si hubiera funcionado, los pillan en la calle. Se supone que tenemos dos minutos de reacción de Carabineros al apretar el Alpha II -el sistema de alarma que conecta con la policía- y (no pasó) nada".
Ambos señalan sentirse abandonados por la firma. "No, yo no me siento apoyado (...) La empresa anda metida en el seguro, en nada más", afirmó el menor de los guardias.
Puedes leer el relato del robo en la edición de este sábado de
El Mercurio.