SANTIAGO.- "Tuvimos que levantar unos datos dramáticos, dolorosos y vergonzosos para poner a los niños primero en la lista. Hoy día
tenemos esa oportunidad de hacer una reflexión respecto de las personas en situación de calle, para quienes no tenemos una política integral".
Los datos que está presentando el director social del Hogar de Cristo, Paulo Egenau, en Estación Central, son, efectivamente, dramáticos: De una población potencial de 12.255 personas en situación de calle, 11.865 no reciben cobertura. La cifra se puede traducir a una brecha de un 97%.
Es parte de la realidad que muestra la nueva versión de la "Matriz de Inclusión Social" que anualmente y desde 2010 elabora y difunde el Hogar de Cristo. Se trata de un instrumento técnico que permite estimar la magnitud de la brecha entre la población afectada por diferentes aristas de la pobreza y la vulnerabilidad, versus la cobertura estatal y privada existente.
Así como en la realidad de quienes viven en situación de calle, los datos también arrojan estadísticas preocupantes en otras áreas: Un 66% de brecha en la cobertura de educación inicial para niños, un 91% en la prevención de deserción escolar, y un 41% en la de residencias para adultos mayores.
Los problemas que revela el informe
"Al compartir datos y cifras sabemos dónde están, quiénes son y qué les pasa. Los escuchamos, compartimos la vida con ellos y por tanto solamente tenemos que tomar la decisión de priorizar sus necesidades en las políticas públicas", dice Egenau mientras presenta los datos.
Uno de los problemas principales, cuenta, es la inequidad en la distribución de cobertura a lo largo de Chile. Hasta 2016, el psicólogo era director ejecutivo de la Fundación Paréntesis, entidad dentro del Hogar de Cristo que se dedica al trabajo con jóvenes con adicciones a las drogas.
66% es la brecha en la cobertura de educación inicial
"Me tocó recibir niñitas, adolescentes, con historias de vida dramáticas, y que eran derivadas desde Coiyhaique a Santiago, porque entre las dos ciudades no había un programa terapéutico residencial especializado para mujeres", relata.
Yaritza, de 16 años, es una de las que pasó por un centro de Fundación Paréntesis, llamado Mapu Malen o "niña de la tierra". Entró a la residencia a los 15 años, un 4 de septiembre, y egresó tres meses después. Hoy espera volver a terminar I y II medio en el liceo, y después de eso le gustaría ser abogada. También, algún día, ser jueza.
Como ella, son más de 30 mil los afectados por consumo problemático de drogas que sí reciben cobertura, de un total que sobrepasa los 43 mil. El área es una de las que cuenta con menor brecha de cobertura, que alcanza un 31%.
Combatir las brechas
Para Egenau, la razón detrás de la alta cifra de personas en situación de calle que no cuentan con cobertura residencial integral es que, como país, "no tenemos una política social integrada para ellos".
"Tenemos programas que se han ido integrando y que tienen una mirada paliativa, de evitar el deterioro, la enfermedad y la muerte. Hoy día las políticas internacionales y todos los estudios apuntan a que, para empezar a resolver el problema, lo primero son las políticas de vivienda", añade.
Uno de esos programas es el Plan de Invierno, parte del Programa Noche Digna del Ministerio de Desarrollo Social, que brinda alternativas de hospedaje y atención básica en la vía pública a personas en situación de calle, pero que tiene carácter transitorio y funciona sólo en época de bajas temperaturas.
"Al compartir datos y cifras sabemos dónde están, quiénes son y qué les pasa. Los escuchamos, compartimos la vida con ellos y por tanto solamente tenemos que tomar la decisión de priorizar sus necesidades en las políticas públicas"
Paulo Egenau
Desde la Subsecretaría de Servicios Sociales, el titular Sebastián Villarroel asegura que está dentro del programa de gobierno "el poder desarrollar una política nacional de calle", además de integrar "iniciativas nuevas y pilotear modalidades de residencia".
"Efectivamente el plan de invierno es algo concreto y puntual, que tiene que ver con prevenir que las personas se mueran en la calle, pero ellos también requieren poder contar con instrumentos que les permitan potenciar su autonomía, reunificación y revinculación con la sociedad", asegura.
El director social del Hogar de Cristo agrega, además, una percepción personal sobre esta cifra, donde el total de afectados está por debajo de los 13 mil habitantes, en un país que supera los 18 millones de habitantes. "Estamos hablando de entre 12 y 15 mil personas, no es medio millón. No es un problema 'tan grande'. Es un tema abordable", concluye.