SANTIAGO.- El comunicador y profesor de Literatura,
Cristián Warnken escribió una columna de opinión, publicada hoy en
El Mercurio, donde expresa su parecer sobre el movimiento feminista, específicamente, en cómo este puede llegar a afectar directamente la libertad de cátedra dentro de las universidades.
El académico comienza su columna manifestando que a raíz de las denuncias por abusos y maltratos que se escuchan todos los días, "se ha popularizado la idea de instaurar protocolos y normas para asegurar una buena convivencia. No cabe duda que se hacía necesario reaccionar de manera clara contra conductas impropias, y algunas muy violentas y agraviantes, contra las mujeres por parte de un machismo a veces cavernario o simplemente trasnochado".
"A lo que apunta este movimiento feminista es a un cambio cultural, un cambio que podría ser muy necesario y positivo, pero, como toda 'revolución', entraña peligros. Uno de esos peligros, la protocolización excesiva de todo"
Cristián Warnken
Y continúa aseverando los productos del movimiento siempre traerán cosas positivas y negativas: "A lo que apunta este movimiento feminista es a un cambio cultural, un cambio que podría ser muy necesario y positivo, pero, como toda 'revolución', entraña peligros (…). Uno de esos peligros: la protocolización excesiva de todo".
Acerca de lo que puede llegar a provocar reglamentar todos los comportamientos, dice que "no es sensato pasar de la ausencia de normas, y reglamentos que protejan a los abusados, a una maraña que pretenda regular cada acción, movimiento o expresión donde pudiera sospecharse una pulsión 'sexista' o machista".
Y continúa, "no todo puede ni debe ser protocolizado: la vida es mucho más compleja, cambiante, libre, que lo que un conjunto de reglamentos puede dictar. Eso en las universidades es particularmente sensible: el exceso de formalización, de metodologías, de objetivos, ha asfixiado la necesaria libertad de cátedra, que debe siempre nutrirse del entusiasmo, la creatividad, lo inesperado".
El académico enfatiza en que agregarle "ahora más protocolos a la vida universitaria puede terminar por convertirla en un espacio 'higienizado' pero muerto".
Muchas facultades están haciendo talleres de 'talleres de desconstrucción machista', señala el comunicador, y agrega, "me parece bien generar espacios de reflexión en que hombres y mujeres podamos darnos cuenta de los vicios en la manera de relacionarnos y comunicarnos (...). Pero el lenguaje usado para convocar a estos 'talleres' me recuerda mucho el concepto de reeducación aplicado en dictaduras totalitarias (en la China de la revolución cultural de Mao, o en Cuba) que buscaban 'extirpar' cualquier atisbo contrarrevolucionario en las personas".
Warnken finaliza la columna expresando que, "la invitación debe ser a pensar y a repensar lo masculino y lo femenino, y eso requiere más profundidad, más pensamiento que meros eslóganes y clisés. Sería una lástimas que esta 'primavera' feminista terminara en inquisición y resentimiento, sin espacios para la crítica ni el humor".