SANTIAGO.- Testimonios de 64 personas contenidos en 2.300 páginas, que dicen relación con abusos de poder y sexual perpetrados por miembros de la Iglesia Católica en Chile, es la información que el Ministerio Público pretende solicitar a la Santa Sede.
Se trata del informe confeccionado por los enviados especiales del Papa Francisco en el país: El arzobispo de Malta, Charles Scicluna y el sacerdote español monseñor Jordi Bertomeu. Ambos presbíteros arribaron dos veces este año a Chile para recopilar antecedentes respecto a presuntos vejámenes ejecutados por sacerdotes, hechos que han gatillado la crisis que hoy enfrenta el clero nacional.
Así, considerando las indagatorias penales contra prelados que está llevando a cabo la fiscalía, como la reciente formalización del ex canciller del Arzobispado de Santiago, Óscar Muñoz, lo que se busca desde el organismo persecutor es determinar si en el contenido de dicho informe existen antecedentes adicionales referentes a abusos u otras víctimas que no han denunciado sus casos ante la justicia civil.
Para esto, el fiscal regional metropolitano sur, Raúl Guzmán -a cargo del caso Maristas-, sostuvo que "vamos a preparar un requerimiento internacional a fin de que se nos remita el informe".
Facultad para garantizar confidencialidad
La pretensión de la fiscalía, a juicio de abogados expertos en derecho canónico y teólogos, no será fácil de conseguir. Y es que el denominado informa Scicluna se encuentra amparado por el secreto pontificio, el cual solo puede ser levantado bajo órdenes del Papa.
"Se les aseguró a todas las víctimas confidencialidad, lo que hace muy difícil que la Santa Sede falte a ese deber por respeto a las víctimas"
Alejandro Álvarez
Dicho secreto es una facultad que se ofrece en investigaciones canónicas, las cuales se rigen por las normas legales de la jurisdicción del Vaticano, y busca garantizar confidencialidad para los denunciantes, protegiendo así documentos y archivos que hayan derivado en indagaciones bajo las leyes eclesiales, lo que enreda las aspiraciones de la fiscalía.
En ese sentido, el sacerdote y profesor de derecho canónico Francisco Astaburuaga, quien viajó a Roma en junio para reunirse con el Papa Francisco junto a algunos prelados víctimas del ex párroco de El Bosque Fernando Karadima, destacó la importancia en vistas de profundizar una investigación, pero recordó que "las personas que han declarado ante los enviados papales lo han realizado en virtud de la confidencialidad por ellos pedida y garantizada", ya que el secreto pontificio "es un derecho de los fieles".
"Por tanto, la factibilidad debe ser evaluada en merito de lo que se solicite y sin pasar a llevar esa confidencialidad", apuntó.
"Las personas que han declarado ante los enviados papales lo han realizado en virtud de la confidencialidad por ellos pedida y garantizada", ya que el secreto pontificio "es un derecho de los fieles".
Sacerdote Francisco Astaburuaga
Similar es la impresión del abogado canonista y vocero de la fundación Voces Católicas,
Alejandro Álvarez, quien explicó que "el contexto de la misión Scicluna fue la sentida necesidad del Papa de escuchar a las víctimas".
Y para ello, continuó, "se les aseguró a todas las víctimas confidencialidad, lo que hace muy difícil que la Santa Sede falte a ese deber por respeto a las víctimas".
En consecuencia, para Álvarez, revelar la información contenida en el informe Scicluna no está en manos de la Santa Sede, sino en las de las mimas víctimas, "que son quienes pueden hacerlo público o entregarlo a la justicia penal chilena si así lo requieren".
"Todo aquel que ha declarado ante la 'misión Scicluna' lo puede hacer ante los tribunales ordinarios de justicia en Chile, sin necesidad de recurrir al informe", complementó Astaburuaga.
Por lo que Álvarez enfatizó en que "el principio es el respeto a la voluntad de las víctimas que pidieron confidencialidad, por lo que veo muy difícil la entrega del informe Scicluna (...). La recomendación de la Iglesia a las víctimas es que siempre en paralelo denuncien al Ministerio Público", añadió.
Un informe resumido
Para el teólogo y doctor en filosofía de la Universidad de Chile, Álvaro Ramis, existe la posibilidad de que Francisco pueda levantar el secreto pontificio en este caso. "Pero sería un precedente nuevo y que se entiende que el informe Scicluna es una investigación que contiene denuncias extrajudiciales (...). Se trata de denuncias que buscan sanción canónica", comentó.
"La denuncia normalmente queda en secreto, a menos que explícitamente la persona denunciante haga pública su declaración", recalcó Ramis.
Por lo que el teólogo no ve factible que el informe sea entregado de forma íntegra -como pretende conseguirlo la fiscalía-, pero sí ve posible que el Sumo Pontífice apruebe que "se publique una edición con conclusiones pastorales y disciplinares, con la finalidad de establecer los hechos más relevantes y proponer conclusiones y recomendaciones. Pero el nombre de los denunciantes no creo que se publique.".
"La denuncia normalmente queda en secreto, a menos que explícitamente la persona denunciante haga pública su declaración."
Álvaro Ramis
Por último, concluyó Ramis, la forma más viable de hacer entrega, al menos, de una versión editada del informe Scicluna es haciendo pública la información "
on line, desde Roma. Sería lo más fácil y fortalecería la imagen de la iglesia", ya que "se complejiza" la situación, aseguró, si es que la fiscalía pretende conseguir los antecedentes vía requerimiento internacional.
Mientras que Astaburuaga afirmó que "ya existen algunas de esas conclusiones en la carta entregada por el Papa a la Conferencia Episcopal", donde se hace referencia a temas "muy específicos del informe".
"Tales alcances ya constituyen un elemento de información importante", sentenció.