Los directores de los colegios de Santiago se reunieron con el alcalde quien les explicó la nueva ley.
El Mercurio"Estamos muy conformes con esta la ley. En una herramienta excepcional para actos excepcionales de violencia. Esto no tiene nada que ver con el movimiento estudiantil. Son estudiantes que incluso están condenados por su movimiento estudiantil. El debido proceso continúa. Y el beneficio para nosotros es que podemos tener esta medida cautelar (suspensión) mientras dura el debido proceso. Ahora ya no queda a criterio del colegio, sino que es deber de nosotros iniciar esta investigación".
"Al comienzo de la discusión de la ley, percibí una politización, en el mal sentido de la palabra. Parecía más bien una lucha de trinchera, de miradas sobreideologizadas. Afortunadamente, el Poder Legislativo encontró el camino de una discusión a la altura que correspondía. Yo diría, como suma final, satisfacción por eso, aunque sabemos que la ley no resuelve todos los problemas de violencia y sociales al interior de los colegios. Pero al menos los directores, que tenemos muy pocas herramientas, tenemos algo un poquito más que nos ayude a administrar la convivencia en los liceos. (Lo que hace la ley) no es mucho más que acelerar y darle mayor fluidez a los procesos investigativos, así nos facilita un poquito la tarea. Espero que se haga una buena lectura dentro de las comunidades".
"Quizás no te permite la resolución del problema en su contexto general. Sin embargo, es una herramienta más para poder proceder, con el debido procedimiento. Tenemos que ir viendo y cautelando cómo lo vamos aplicando, en su justa dimensión, cómo se da el comportamiento de los alumnos. De alguna manera, a pesar de toda la violencia que hay, esta comunicación se puede ir mejorando día a día. Hay que conversar con los alumnos, hay que dar a conocer esta ley al interior del establecimiento a todos los estamentos, a toda la comunidad".
"Me parece muy bien, puesto que simplifica esto de realizar el debido proceso, acorta los plazos y yo creo que hay situaciones que en algunos momentos se hacen insostenibles. Y, por otro lado, resguarda las comunidades. Educar es poner límites. Y hay límites que los adultos han dejado. Y creo que en el caso de la educación pública y de la particular subvencionada estas regulaciones hacen bien, porque permiten enfocarse en aquello que es fundamental, que son los aprendizajes de los estudiantes y la formación integral".