El persecutor también indaga la muerte de Alex Lemún.
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SANTIAGO.- Este tipo de casos no son nuevos para el fiscal de La Araucanía, Roberto Garrido Bedwell (42). La investigación de la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca durante un confuso enfrentamiento en el que participó el llamado Comando Jungla de Carabineros, se suma a la de Alex Lemún, fallecido en 2002 por un tiro en su cabeza, que también lleva adelante.
Egresado de la Universidad de Concepción, llegó al Ministerio Público en 2002, donde ocupó el cargo de jefe en las fiscalías de Purén y Loncoche.
En 2006 llegó Temuco y el año pasado se convirtió en la cabeza de la Unidad de Derechos Humanos, creada para abordar los hechos que involucren a uniformados.
El abogado es conocido en su entorno como un persecutor de "buen trato" con la gente que se relaciona, como funcionarios, policías e intervinientes.
Dicen también que es "creíble, muy profesional y con buenos resultados" en las causas que ha dirigido, donde se incluyen delitos sexuales, económicos y violentos.
También tuvo que indagar el ataque por la espalda con más de una centena perdigones que sufrió en 2016 el en ese entonces menor de edad, Brandon Hernández Huentecol; y a comienzos de este año fue quien tomó la primera declaración del "profesor" Alex Smith, en el marco de la "Operación Huracán", donde la fiscalía acusa montaje por parte de institución uniformada para culpar a ocho comuneros, hoy sobreseídos, por la quema de 58 camiones.
En el marco de este último caso, fue también uno de los fiscales que participaron en el allanamiento a las oficinas de la ya extinta Unidad de Inteligencia Operativa Especializada (UIOE) de Carabineros.
Garrido también es vocero del ente persecutor en la región, razón por la que se ha referido a casos ligados a la causa mapuche, como fue el fallecimiento del matrimonio Luchsinger Mackay.
