Luciano Aenishanslins, El Mercurio
SANTIAGO.- La ministra de Medio Ambiente,
Carolina Schmidt, tras regresar de Polonia para participar de la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP24, donde se acordó que la próxima reunión sobre esta materia se realizará en Chile, abordó las implicancias que tendrá para el país este hecho.
La cumbre convocará a delegaciones de 195 países que adhieren al Acuerdo de París (COP21) para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, a las que se atribuye el aumento de la temperatura en el planeta. Chile estará "en los ojos del mundo", indicó, y podrá mostrar sus pasos hacia el uso de energías renovables y de buses eléctricos del transporte público, pero también reconoce un desafío en la tarea de "descarbonizar" la matriz energética que es altamente responsable de emisiones de CO-2.
Según la ministra, acoger la cumbre "refuerza un mensaje que como país queremos transmitir al mundo. Después de la bajada de Estados Unidos del acuerdo y la bajada de Brasil de la sede se ha generado esta idea de que la acción climática y el desarrollo económico de los países corren por caminos paralelos. En Chile creemos lo contrario: no existe un verdadero camino hacia el desarrollo sostenible si no es a través del cuidado del medio ambiente y, en ese sentido, la acción climática es clave".
Consultada sobre las críticas que surgieron por la postergación de la firma del acuerdo de Escazú y si el país lo suscribirá antes del COP25, comentó que "Chile cumple en su legislación interna con todas las medidas de participación ciudadana que tiene el acuerdo de Escazú, por lo tanto no hay nada en este acuerdo que permita mejorar las condiciones ya institucionalizadas. La Convención de las Partes por el Cambio Climático (COP, por su sigla en inglés) refleja lo que el Presidente Piñera ha señalado de los acuerdos que Chile va a suscribir, que son todos aquellos que respeten ampliamente la soberanía de los países para tomar las decisiones de cómo van sumándose".
