SANTIAGO.- Un total de 31 gastos mensuales financiados con fondos reservados se habrían realizado durante la gestión del ex comandante en jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba, entre marzo de 2010 y mismo mes del 2014.
En total, señaló la ministra de la Corte Marcial, Romy Rutherford en el procesamiento, se alcanzó una defraudación de hoy $3.500 millones; suma por la que encausó bajo el delito de malversación de caudales públicos reiterados al ex uniformado.
A dicho monto y conclusión llegó en parte gracias a las tres extensas jornadas de declaraciones donde el general (r) habría reconocido el uso de estos fondos.
Según detalla hoy El Mercurio, la primera parte de los testimonios se enfocó en sus bienes, depósitos bancarios y viáticos por comisiones de servicios en el extranjero. Luego, entregó antecedentes sobre el presunto mal uso de los dineros destinados principalmente a la seguridad nacional; develando así la existencia de una política institucional de repartición de dineros que llevaba desarrollándose por años.
"Le preguntaba si iba a mantener los mismos criterios anteriores"
En 30 páginas del procesamiento, la magistrada relató la versión de los hechos del ex jefe militar.
Abordando fondos extras entregados a los algos cargos, señaló: "Efectivamente a los generales que viajaban se les proporcionaba una cantidad de recursos para garantizar que cada uno tomara las previsiones del caso relacionados con su seguridad y cometidos durante la comisión. Para estos efectos se les hacía entrega de una suma de entre US$ 1.000 y US$ 1.500, lo que dependía del grado del general y de la actividad a la que iba".
$3.500Millones provenientes de gastos reservados habrían sido mal utilizados por Fuente-Alba.
Y continuó: "En general, se les dio a todos los generales en su época ese dinero, continuando con un procedimiento que venía aplicándose con anterioridad a que él asumiera el cargo de comandante en jefe(...) Consultado por el tribunal, afirma que los dineros de los viajes a que hizo mención, salían de gastos reservados. De eso se encargaba Jorge Cortés (jefe departamento de finanzas). Él le preguntaba si, efectivamente, iba a mantener los mismos criterios anteriores, que había adoptado el general (Óscar) Izurieta Ferrer, confirmándole que sí".
"Apoyo" a tres ex comandantes en jefe
Los "apoyos" a los ex jefes de la institución castrense habría sido otro ítem financiado a través de gastos reservados. En el documento, Rutherford señaló que dicho concepto "venía proporcionándose a los ex comandantes en jefe desde los períodos anteriores a que él asumiera el cargo".
En el año 2010, la mensualidad era de $400 mil a cada uno de ellos, mientras con el paso de los años, la cantidad fue aumentando llegando hasta los $800 mil en 2013.
"Él le preguntaba si, efectivamente, iba a mantener los mismos criterios anteriores, que había adoptado el general (Óscar) Izurieta Ferrer, confirmándole que sí".
Extracto de la declaración del general (r).
Con esto, continúa, se refería a los generales (r) Ricardo Izurieta Caffarena, Juan Emilio Cheyre y Óscar Izurieta Ferrer.
"Refiere haberle preguntado a Cortés, en su oportunidad, sobre la entrega de esos dineros y Cortés le dijo, un par de meses después, que él había asumido cómo funcionaba, por lo que decidió continuar con ese procedimiento. Dice que se les entregaba como una colaboración. Los ex comandantes en jefe mantenían en su casa un mayordomo y un conductor, a quienes había que proporcionarles alimentación y apoyos (...) Esos recursos provenían de gastos reservados".
"Él no tenía legítimo derecho a percibir esos recursos"
Fuente-Alba declaró haber sido beneficiario de este aporte tras su salida en el cargo. Los $800 mil se les hacía llegar generalmente en efectivo y dentro de un sobre.
"Indica que él no tenía legítimo derecho a percibir esos recursos, pero era una decisión del comandante en jefe que, en la época que lo percibió era el general (Humberto) Oviedo". Explicó que desde 2005 existía un decreto del Ministerio de Defensa de 2005 que habla de que los ex comandantes en jefe tenían derecho a un mayordomo, un conductor con vehículo fiscal y a medidas de seguridad. Sin embargo, el decreto fue derogado en diciembre de 2017.
"Refiere haber recibido esos $800 mil hasta noviembre o diciembre de 2017, dejándolos de percibir por disposición del general (Ricardo) Martínez, quien ya a esa fecha se encontraba nominado como comandante en jefe".
"Ropas adecuadas para compartir"
Parte de los dineros también se habrían utilizado para "fondos entregados a diversos oficiales en razón de sus cargos". Algunos de estos, eran autoridades del Estado Mayor, comandantes de División, de Funciones Matrices, de Comando, ayudantes, edecán presidencial y jefe de Gabinete del ministro de Defensa; "estos últimos a razón de $1.200.000".
Rutherford precisa que el general (r) no recuerda con certeza si dicho monto era anual o mensual: "Dice, puede haber sido mensual. Estos dineros se les entregaba para que tuvieran un nivel de relación y acceso al círculo general de personas, lo que incluye mantener las ropas adecuadas de presentación para compartir con autoridades del nivel en el cual ellos trabajan".
Departamento de Finanzas
"En cuanto al resto de los dineros, destinados al Departamento de Finanzas de la Comandancia en Jefe y con cargo a los cuales se hicieron los pagos respecto de los gastos a que se ha referido anteriormente, estos se entregaban según las necesidades a requerimiento del jefe del departamento y con autorización del comandante en jefe", consignó el medio citado.
4Ex comandantes en Jefe, contando a Fuente-Alba, habrían recibido "aportes" mensuales.
Y añadió: "Aclara que lo que recibía el señalado Departamento de Finanzas de la Comandancia en Jefe no era un porcentaje de la suma total de los gastos reservados, sino que un monto, según los gastos que se evaluaban anualmente, se iban a tener. Puede ser que ese monto entregado al jefe de Departamento de Finanzas de la Comandancia en Jefe haya ascendido a una suma de entre $700.000.000 u $800.000.000 anuales".
Así también, Fuente-Alba señaló algunos regalos, como las pulseras de oro entregadas a las esposas de los generales que se retiraban, además de dichos uniformados en ejercicio, y a autoridades políticas con las que se relacionaba el Ejército, como por ejemplo, el ministro de Defensa, subsecretarios y Presidente de la República, pudieron haberse financiado con dichos gastos.