SANTIAGO.- Con votos de distintos sectores políticos, la Cámara aprobó la semana pasada el proyecto de ley Antiportonazo impulsado por el Gobierno a raíz de los múltiples robos de vehículos que cada vez dejan entrever un mayor uso de violencia.
De hecho la iniciativa también es conocida como ley "Fabián", en memoria de Fabián González, el joven de 22 años que falleció en enero de este año cuando llegaba a su domicilio en la comuna de Estación Central junto a su madre. Pese a no resistirse al ataque, le dispararon en múltiples oportunidades.
Su muerte no es la única. El año pasado, Álex Ramírez, de 28 años,falleció tras recibir cinco impactos de bala por intentar proteger a su padre en Lo Barnechea.
La situación ha tenido en alerta a autoridades. Policialmente se estima que semanalmente hay cuatro hechos de este tipo, habiendo, sin embargo, excepciones. Por ejemplo, a fines de marzo Carabineros informó de la ocurrencia de 24 hechos en siete días.
Pero los portonazos no siempre fueron así de violentos. Y es que desde su mediatización hace casi dos años han sufrido distintos cambios, ya sea en las intenciones de quienes cometen los delitos, como la forma en que los llevan a cabo.
Cambios y el por qué
"El portonazo como tal no existe como delito. Es una definición más que nada utilizada por la prensa. Hoy casi cualquier sustracción de un móvil es catalogado como tal", partió señalando en conversación con este medio el subcomisario de Análisis de la Jefatura Nacional Contra Robos y Focos Criminales (Jenacrof) de la PDI, Christian Retamal.
Por ello hoy no existen cifras claras sobre el fenómeno ya que pueden ser catalogado como robo con intimidación, por sorpresa, entre otros. Los datos más claros que hay obedecen más que nada a estudios focalizados y limpieza de datos.
Por ejemplo, este año la Fiscalía Oriente hizo público un informe que revelaba que, entre enero y marzo del año pasado se registraron 457 casos en las ocho comunas de la zona. En tanto, en el mismo periodo de este año hubo 521 hechos. Es decir, un 14% más.
Así, la respuesta de qué es un portonazo varía dependiendo de cuándo se pregunte.
Hace dos años, explicó Retamal, se definía por la espera de un par de personas a la salida de un domicilio. En general, continuó, los ladrones se aprovechaban del descuido de los conductores que abandonaban el auto para abrir el portón y dejaban las llaves puestas. Por ende, no era tan común el uso de violencia.
"Hay investigaciones de largo aliento con las hemos podido detectar la sustracción para cometer otros delitos en un espacio de tiempo más alejado".
Subcomisario Christian Retamal sobre nuevo modo de operar.
"En ese entonces se dejaban motores encendidos, rejas abiertas. No había alerta con el tema. Ya con el tiempo se empezó a aprovechar la luz roja en semáforos y a usar la intimidación. Luego algunos aprovecharon los puntos ciegos en autopistas o sectores de poca presencia policial para bloquear el camino con varios autos y amenazar con armas de fuego", apuntó Retamal.
Las motivaciones también varían. Algunos buscan la obtención de vehículo para perpetuar otros delitos, mientras que otros para clonarlos -lo cual un trabajo más sofisticado- o por encargo para adquirir repuestos de autos más exclusivos.
La mutación, acotó Retamal, se explica en el desarrollo de nuevas diligencias investigativas, el aumento del poder adquisitivo de las personas y, por ende, del parque automotriz: "Hace unos años era poco probable ver un vehículo en un hogar, hoy hay dos o tres. Eso repercute en la comercialización ilegal y legal".
PDI en alerta
Un nuevo tipo de portonazo está vislumbrando la PDI, el cual demuestra además el nivel de planificación que están dedicando los involucrados.
"Hemos podido detectar la sustracción para cometer otros delitos en un espacio de tiempo más alejado. Los sujetos esperan que baje la intensidad de la búsqueda para usarlo en la comisión de otro ilícito tres o cuatro meses después. Lo llamamos el método de hibernación", acotó Retamal.
Para llevarlo a cabo, los autos son dejados generalmente en estacionamientos privados, de aeropuertos, o de centros comerciales.
Ante los cambios, y para abordar de manera más integral el fenómeno, la investigación policial se realiza a partir de focos criminales. "Nuestra institución ha mantenido algunas estrategias que tiene que ver con la investigación inversa y en la que se toma el delito base, que es la receptación, para poder establecer toda la estructura criminal".
Esto ya que de tal manera se pude adjudicar una mayor cantidad hechos, lo cual implicará un eventual aumento en la imputación de cargos. Así, se trata de no llevar ante tribunales a una persona manejando un auto con encargo por robo, sino que también por pertenecer a una organización donde ejecutaba distintas actividades ilícitas.