SANTIAGO.- "Más allá de que todos tienen derecho a protestar y expresarse, no podemos tolerar que un grupo piense que tiene derecho a destruir el Metro", dijo este viernes el Presidente Sebastián Piñera, expresando su rechazo hacia la serie de hechos de violencia que ocurrieron en medio de las manifestaciones por el alza del precio del transporte público.
El llamado encabezado por los estudiantes de evadir masivamente el pago del pasaje en el subterráneo capitalino terminó en desmanes y serios incidentes, lo que motivó al Gobierno a invocar la Ley de Seguridad del Estado. Con ello, notificó a la opinión pública de que el Gobierno endurecerá la mano ante esos actos.
Luego, la ministra de Transportes, Gloria Hutt, ratificó que pese a los efectos de la movilización el Ejecutivo no se abrirá a revisar una eventual reducción en el costo de los boletos, dejando abierta la posibilidad de que las jornadas de descontento aumenten con el transcurso de las horas. Como ocurrió la tarde de ayer.
En medio de ese complejo escenario, que enfrenta La Moneda justo en la misma semana en la que se dio a conocer un
alza en los índices de victimización, los expertos coinciden en que el Ejecutivo no tiene mucho margen para enfrentar esta crisis, la cual aseguran afectará de manera negativa en sus alicaídos índices de aprobación ciudadana.
De acuerdo al cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, el escenario actual, de aumento de la delincuencia y pesimismo por las cifras económicas, muestra que "sus dos pilares fundacionales están crujiendo, lo que se ve acompañado por escasos niveles de aprobación presidencial".
"Este es el escenario propicio para que exista este tipo de manifestaciones espontáneas, comandadas en este caso por estudiantes. Por lo tanto, el Gobierno se enfrenta a una situación particularmente difícil", añadió, junto con advertir que la primera respuesta que tuvo ante el malestar, en orden a que el alza de precios obedeció a criterios técnicos, no fue una buena salida.
"Esa respuesta, si bien es razonable, no va a dejar contento absolutamente a nadie y, por lo tanto, hay que hacer algo más. Una alternativa es esperar que baje la marea y que durante la próxima semana este tipo de manifestaciones disminuya y al final todo se estabilice casi de manera natural. Pero eso posiblemente no suceda", dijo.
En esa línea, Morales comentó que "por lo tanto, el Gobierno lo que debería hacer es señalar que va a aplicar mano dura -incluso retirando el pase escolar para quienes estén involucrados en los desmanes-, pero al mismo tiempo decir que va a reevaluar la decisión de este panel de expertos
en función de las necesidades de los usuarios".
"Ese procedimiento es el mejor de todos, porque, por una parte, se aplica mano dura para quienes están destruyendo el Metro y, por otra, se abre a reexaminar una decisión de carácter técnico. Si la discusión es técnica y no política, entonces, está en manos del Gobierno resolver este asunto y reexaminar la tarifa. Es decir, mano dura y diálogo", indicó.
En tanto, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, comentó a Emol que para analizar las opciones del Ejecutivo "lo primero es que el Gobierno evalúe de qué estamos hablando. Por un lado, la magnitud y gravedad del hecho, pero también evaluarlo en términos de quiénes son".
"Anarquistas siempre han existido, aquí en ningún sentido se puede hablar de que hay un intento de expresión democrática de ideas. Es un rechazo total a un sistema. Desde ese punto de vista, obviamente se tienen que utilizar los mecanismos que entrega la ley para defender las instituciones democráticas y el orden", indicó.
Según Guzmán, entre los manifestantes "no hay ninguna posibilidad de diálogo, hay un rechazo a la institucionalidad. No son acciones generalizadas, no es la juventud,
son colectivos menores. Dada esas consideraciones, lo que tiene que hacer el Gobierno es una acción rápida y una respuesta clara a través de los mecanismos que tenga".
Para el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, el Ejecutivo "necesita comprender mejor lo que está pasando sin caer en la tentación de escamotear la complejidad de la actual realidad social, que no se resuelve con soluciones simples. Las explicaciones simples a problemas complejos no parece estar resultando".
"Solo a partir de entonces pueden formularse programas o proyectos que permitan un tipo de intervención social eficaz. Lo más probable es que recurra nuevamente a las mesas técnicas, buscará con eso remover el alza recomendada por el panel de expertos desde una racionalidad política para colocarlas nuevamente en una racionalidad técnica", enfatizó.
La reacción de La Moneda
En cuanto a cómo evalúan la reacción del Ejecutivo, Morales destacó que "este tipo de manifestaciones espontáneas son difíciles de predecir, pero hace rato que el Gobierno le venía tocando la oreja a los ciudadanos diciendo que tenían que levantarse más temprano para acceder a tarifas más baratas y que las flores estaban a menor precio".
"Eso es una burla, eso es poca empatía. El Gobierno está pagando los costos de haberse hecho el chistoso con la ciudadanía y hoy día tiene a los estudiantes de secundaria en las estaciones de Metro haciendo actos de vandalismo. El gran problema de este Gobierno es que ha provocado a la ciudadanía, que ha aguantado lo suficiente y ahora ya se hartó", dijo.
Según Moreno, en esta oportunidad "otra vez el gobierno llega tarde,
su capacidad prospectiva sigue siendo baja. El problema hay que anticiparlo para poder controlar sus efectos, una política reactiva surge cuando el problema entra en crisis, no corresponde a la detención intencional del tema, más bien al contrario".
"En este sentido, el Gobierno se ha visto sorprendido con un problema que escaló a la categoría de problema público, porque hay actores con poder que le están dando esa calificación. El Ejecutivo se quedó hace rato sin proyecto político, se mueve por la pulsión de las encuestas y climas de opinión, lo que lo lleva a improvisar", opinó.
Para Guzmán, es complejo determinar si el Gobierno fue sorprendido o no. "Difícil saberlo, yo creo que nadie esperó una acción de esta naturaleza, precisamente porque desborda mucho de lo que razonablemente se espera".
"Ahora, alguien puede decir que después de la guerra somos todos generales y decir que se sabía lo que estaba pasando en el Instituto Nacional, pero es difícil poder haber creído que esto podría haber ocurrido de esta manera. Creo que todos fueron sorprendidos", sostuvo.
¿Efecto en las encuestas?
En cuanto a si estos hechos impactarán en la aprobación del Gobierno, el experto indicó que "en la medida que el Gobierno sea efectivo, rápido y denote decisión, creo que sí puede ser positivo, pero aun cuando no la tuviera, decisiones como esta reditúan en el largo plazo de todas maneras".
"Ahora, si el Gobierno no reacciona rápido, sí le va a afectar. Probablemente pensó que este iba a ser un hecho aislado y que no se iba a reproducir, entonces, seguir esperando ya no se puede. Todo va a depender de cómo se vayan dando las cosas, creo que
el Gobierno tiene que enfocarse en la fórmula que se está usando para protestar", detalló.
A juicio de Morales, "esto va a tener impacto en los niveles de aprobación, la imagen del Transantiago venía mejorando, el sistema comenzaba a ser un poco mejor valorado en comparación a gobiernos anteriores, pero hoy todo ese avance se echa al tacho de la basura".
Finalmente, Moreno subrayó que "las próximas encuestas debieran medir este clima, con una mala evaluación de la manera en que el Gobierno ha intentado enfrentar este problema de las evasiones. Es así porque hay un clima instalado de critica al Gobierno, que se evalúan en función de sus resultados y en esta crisis han sido inadecuados".