Blumel asumió como ministro del Interior.
Aton
SANTIAGO.- Diez días después de que varias estaciones del Metro fueran atacadas, comenzaran saqueos en el comercio y se decretara estado de emergencia; y luego de multitudinarias marchas pacíficas que instalaron importantes demandas sociales y remecieran al mundo político; hoy el Presidente Sebastián Piñera realizó una rotunda modificación de gabinete en el que salieron quizás las figuras de mayor peso del Ejecutivo hasta del viernes 18 de octubre: Andrés Chadwick (Interior) y Felipe Larraín (Hacienda).
"Chile no es el mismo que teníamos hace un par de semanas atrás. Chile cambió y el gobierno también tiene que cambiar"
Sebastián Piñera
Aunque no se puede aventurar si los nuevos nombres lograran reconducir el Gobierno en medio de un ambiente de crispación y en una aún precaria tranquilidad; el nuevo gabinete será encabezado por
Gonzalo Blumel (ex Segpres) en Interior, mientras que la actual intendenta de Santiago,
Karla Rubilar, bien evaluada durante la crisis, será la vocera. A ellos se suma a
Felipe Ward (UDI) –hasta hoy ministro de Bienes Nacional- quien asumirá en la Secretaría de la Presidencia reemplazando a Blumel.
Los tres no superan los 47 años y, de alguna manera, representan sensibilidades opuestas dentro de Chile Vamos.
Ward es militante UDI con un discurso conservador en lo valórico durante su labor como diputado, mientras que
Rubilar –ex RN- es ubicada en un sector más liberal del bloque. Blumel, autor del programa de gobierno, es el factótum del piñerismo.
La influencia de este último queda reflejada en que su jefe de gabinete hasta hoy, Julio Isamit, de 30 años, asumirá como ministro de Bienes Nacionales en reemplazo de Ward.
Pero el cambio fue muchísimo más amplio y complejo. Cinco jefes de cartera abandonaron el Gobierno: además de
Chadwick y Larraín, Juan Andrés Fontaine (Economía) Pauline Kantor (Deportes) y Nicolás Monckberg (Trabajo). Dos subsecretarios pasaron a ser ministros,
Lucas Palacios (que de MOP irá a Economía) y María José Zaldivar (Trabajo).
Ignacio Briones, en tanto, reemplazará a Felipe Larraín. Actualmente se desempeña como decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez. Tiene 46 años y fue embajador de Chile ante la OCDE. Según fuentes de Evópoli, es cercano a ese partido.
"Chile no es el mismo que teníamos hace un par de semanas atrás. Chile cambió y el gobierno también tiene que cambiar", aseguró el Presidente en el salón Montt-Varas, la eterna escenografía de los cambio de gabinete en la República. "Nuestro Gobierno ha escuchado el mensaje fuerte y claro de los chilenos (...) debemos recordarlo, es fundamental actuar con responsabilidad, fortalecer la capacidad de crecimiento de nuestra economía", añadió el Presidente.
Algunas voces habían pedido un equipo que conectara con las demandas ciudadanas, con "más calle" como se suele decir en política. Quizás la voz más potente en esa línea había sido la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, quien incluso sonó como una posible ministra: "(Los nuevos ministros) deben venir de la clase media, que ojalá se haya educado en educación pública, que no sean todos de la Universidad Católica o de la Chile, que no veraneen en Zapallar o en Pucón, gente que ojalá haya nacido en provincia. En el fondo es gente con mucho más calle".
En esa lógica, todos los nuevos ministros tienen en común que son menores de 50 años, un detalle que Piñera quiso subrayar al mencionar la edad de todos los personeros que asumen.
Con todo, los desafíos del nuevo gabinete son inmediato. Además de impulsar en el Congreso la agenda social que el Presidente Piñera presentó la semana pasada, deberá enfrentar la acusación constitucional que el PC y parte del Frente Amplio anunciaron contra el Mandatario. Esto en un contexto en que se siguen convocando marchas y las grandes ciudades no operan con normalidad.
