SANTIAGO.- A comienzos de la semana, el Presidente Sebastián Piñera se reunió en su casa con senadores con cinco senadores de la fragmentada coalición de Gobierno: Andrés Allamand y Rodrigo Galilea de RN, Juan Antonio Coloma y Víctor Pérez de la UDI, y Felipe Kast por Evópoli. También estuvo presente el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel.
La reunión fue comentada en redes sociales por un rasgo llamativo: en la instancia, lo que discutieron fue una forma de alcanzar consenso en el Senado con respecto a la paridad de género para la convención constituyente. En la cita, criticaron parlamentarias, sólo hombres discutieron un tema que ha sido una demanda de mujeres de todo el espectro político.
Más allá de los cuestionamientos recientes, la paridad ya ha traído repercusiones para el Gobierno. La aprobación de la reforma constitucional que busca establecer la asignación equitativa de escaños en la elección de delegados constituyentes por parte de la Cámara de Diputados con votos de RN y Evópoli terminó con la decisión de la UDI de "congelar" relaciones con Chile Vamos.
La intención del Presidente es que el ambiente, que se ha mantenido tenso, pueda volver a su equilibrio previo con el paso del proyecto por el Senado, donde los parlamentarios han anunciado que lo modificarán. "Este es un grupo pequeño de diputados que prefirió celebrar con la izquierda y eso en el Senado lo vamos a revertir", dijo a El Mercurio el senador Pérez.
En este escenario, la apuesta del Gobierno es a buscar un mecanismo para la paridad que pueda ser validado por toda la coalición, debido a que ya adquirió el compromiso de garantizar "una equitativa participación de las mujeres". Para ello, La Moneda baraja tres caminos.
La propuesta de la UDI
Una de las opciones es la que presentó a comienzos de diciembre el partido que lidera la senadora Jacqueline Van Rysselberghe, que se basa en listas cerradas, es decir, el voto del elector no va a un candidato sino a la lista que representa.
El gremialismo propone la votación por listas, en vez de candidatos, las que se elaborarían con criterios de paridad
Ellas se tendrían que elaborar considerando principios de paridad de género, como la alternancia entre candidatos de ambos sexos, y al lograr cupos se entregarían en el mismo orden de la lista. Así, de obtener dos escaños, uno iría para un hombre y el otro para una mujer. Este principio se puede establecer a nivel nacional o distrital.
El mecanismo ha sido mencionado en el debate y las politólogas que redactaron el proyecto actual han afirmado que sería la forma más segura de lograr la paridad, pero acotando que no hay "viabilidad política" para lograrlo. También se ha explicado que podría ser un cambio brusco para una ciudadanía acostumbrada a votar históricamente por personas y no por listas.
El voto doble
Otro mecanismo que se ha discutido es el de doble votación, o "una persona, dos votos", que busca que cada elector deba inclinarse por dos opciones paralelas: un candidato hombre y una candidata mujer. Así, explican sus defensores, se respetaría la voluntad de los electores y serían electas solamente las primeras mayorías.
Este mecanismo busca que cada ciudadano elija un candidato hombre y una candidata mujer
Por un lado, se ha planteado como una dificultad lo relativo a aspectos prácticos para dicha propuesta. "Técnicamente es un poco complejo, porque son dos papeletas distintas para una misma lista, o una misma papeleta dividida en dos partes, y sería súper difícil el conteo", aseguró en EmolTV el consejero del Servel, Alfredo Joignant.
Por otra parte, la segunda crítica que ha recibido es que no entrega "el mensaje correcto" porque da la impresión de que mujeres y hombres serían incapaces de competir entre ellos. "Es como el vagón de metro en ciudad de México (que es exclusivo para mujeres). ¿Por qué aislarlas y dejarlas en un vagón especial? Lo que tenemos que hacer es aprender a convivir en política", dijo a Emol la cientista política, Javiera Arce.
Añadir requisitos
Por último, la tercera vía que se baraja es la de incluir en el proyecto existente algunos requisitos extra que aseguren la "legitimidad" de los candidatos y candidatas electos, como por ejemplo incluir un piso mínimo de votos para que alguien pueda ser elegido.
La última opción propone requerir un piso mínimo de votos para poder elegir a un candidato
Así, se establecería un porcentaje mínimo de apoyo en las urnas —por ejemplo, un 5% del total—, de manera de evitar que haya candidaturas electas con una cantidad baja de sufragios en proporción a sus competidores. Esto garantizaría que todos los delegados electos cuenten con respaldo significativo de sus votantes.
En respuesta, las cientistas políticas han asegurado que el sistema actual "fomenta la competencia" y que "no deberían" generarse diferencias abrumadoras entre las candidaturas femeninas y masculinas. Al obligar a la elección de mujeres —y no solamente a un mínimo de candidaturas, sin exigencia de elección—, la campaña debería ser más competitiva para ambos sexos.