SANTIAGO.- "La democracia, que debería ser para todos, no está sirviendo. Vemos que la democracia hoy está en peligro, pero tenemos que defenderla", aseguró este jueves el filósofo y doctor en Ciencia Política, Anthony Grayling, en el panel "Deliberar" el Congreso Futuro 2020, casi al cierre de la novena versión del evento.
El profesor de la U. de Londres afirmó que la democracia "es el mejor de muchos malos sistemas" y que las mayorías "no existen": "lo que existen son muchas minorías que se unen en las elecciones y forman una mayoría temporal". "Nunca será perfecta", dijo, pero "vale la pena protegerla".
Por eso advirtió de algunos peligros que hoy, a su juicio, la amenazan. "La inequidad es tóxica, es veneno, es peligrosa", aseguró y explicó que, cuando se genera resentimiento derivado de esa inequidad, basta un detonador para que la situación estalle.
Las palabras de Grayling fueron seguidas por las del doctor en Matemáticas, Marcus Pivato, quien realizó una presentación acerca de diferentes maneras de elegir representantes y cuáles son las debilidades de cada sistema. "La pluralidad es una pésima forma de elegir a los presidentes, y tener una segunda vuelta no lo soluciona", aseguró.
Pivato habló de formas de elección como el voto por aprobación, donde se le entrega el voto a todos los candidatos de la preferencia del elector; el juicio mayoritario, donde se le entregan lugares a los candidatos; y del voto evaluativo, donde se le asigna una puntuación de 0 a 10. Todos vinieron con pros y contras.
"¿Qué regla de voto es mejor? Depende de tu meta y de lo que quieras resolver", dijo el canadiense. "Con esto quise mostrar que la democracia es complicada, pero que una mejor democracia es posible", finalizó.
El retorno del sorteo aleatorio
"La democracia debería tener algo que ver con la voluntad de la gente y con conectar la voluntad de la gente con lo que efectivamente se hace, pero todos están tratando de manipular la voluntad de la gente", afirmó el doctor en Filosofía y Ciencias Políticas James Fishkin.
Como director del Centro para la Democracia Deliberativa de la U. de Stanford, Fishkin trabaja en intentar descifrar cuál es esa "voluntad de la gente" a través de métodos que puedan resolver los tres problemas que identifica en la recolección de la "opinión pública".
Estos son la "ignorancia racional" —"¿Por qué debería preocuparme de informarme si mi opinión no será tomada en cuenta?"—, la "opinión fantasma" —la gente elige opciones al azar porque no le gusta no saber— y la "selectividad de las fuentes", que se refiere a que la población suele recurrir a personas como ellos para contrastar sus ideas.
Por eso defiende un método que se tradujo al español como "encuesta deliberativa", donde se eligen ciudadanos al azar para formar una muestra representativa de una población, se le aplica un primer cuestionario y luego se reúnen en un lugar para debatir, durante días, los asuntos que los convocan. Terminado el proceso, se repite la encuesta.
"El público no es estúpido: es muy inteligente si cree que su voz va a ser escuchada", aseguró. La metodología, que ha sido aplicada en más de 30 países, será replicada en Chile en los próximos meses como una iniciativa del Senado y la Fundación Tribu, con apoyo de instituciones como la U. de Chile y el Registro Civil.
Por último, fue el turno del francés Loïc Blandiaux, quien abogó por mecanismos de democracia directa complementarios a los sistemas existentes que se basen en los sorteos aleatorios pero apoyados por las nuevas tecnologías. "Se pensaba que la democracia eran las elecciones, pero eso ahora no basta", concluyó.